Capítulo 42:

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Cuando Killian toma el pomo de la puerta escucha dos golpecitos. Al  abrir se encuentra con Mackenzie que se sorprende por la rapidez del joven al contestar, así que de nuevo sus palabras quedan trabadas en su garganta,

- ¿Killian?- salga Mackenzie, -Quería saber si Elisabeth está aquí-

- salió con Aiden- contesta el joven que recordando las otras veces fallidas que Mackenzie llegaba a casa para hablar con él, la toma de la muñeca haciéndola entrar y cerrando la puerta detrás,

- ¿Qué pasa?-  pregunta, pero él la obliga a sentarse en el sofá y toma asiento a su lado,

- Mackenzie- habla al fin, - tenemos que hablar-

- es una frase muy trillada- rie nerviosa.

Killian trata de reír con ella pero de nuevo se bloquea, trata de no pensar en Demián y ella, así que respira hondo y mira al frente, sin poder voltear hacia Mackenzie. Ella termina por hacer lo mismo, así que los dos quedan sentandos, uno al lado del otro, mirando al frente en silencio por unos segundos.

- Creo que han pasado muchas cosas y...- Killian resopla, - empezaré por el principio- murmura, - Me encantaba tenerte cerca, te deseaba con todo el alma pero... no sabía que estaba enamorado de tí hasta que tuve que ir a Oxford, hace cuatro años atrás. Extrañaba todo de tí y eso era demasiado distinto a lo que podia desear- comienza a mover sus manos sobre sus rodillas, - pero tenía una promesa con Aiden, nosotros habíamos jurado protegerlas- sonrie,
-no podía pensar en actuar con lo que sentía sin que algo salga mal, no quería terminar esa amistad, no quería alejarte. Aún me preguntaba ¿Cómo hacia Aiden para estar con Elisabeth sin enamorarse? Pero creo que ya lo estában...-y vuelve a quedar en silencio por unos segundos, unos duros segundos, - Pasaron cinco años, Mackenzie, cinco años y necesitaba hacer algo. Pensé que te tenía conmigo pero tú corazón estaba con Demián- respira hondo, - y estaba bien, creo...

- la culpa fue mia- interrumpe Mackenzie ganándose la mirada de Killian, - y siempre lo será. Yo te dije que sí, yo me fui con Demián, yo... fuí yo desde un principio. Aunque no lo creas, yo perdí más que los dos-

- ¿Qué perdiste tú?-

- a ti- contesta con una triste sonrisa,
-Dicen que es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado en absoluto. Esto puede ser un montón de mierda pero necesito decírtelo todo ahora antes que algo pase-

- También yo- sonrie de lado, - detrás de nuestro resentimiento todavía tenemos una sensación de hogar, todavía tenemos un hogar, podemos reconstruirlo-, antes que nada él lleva su mano a las mejillas de Mackenzie, luego recoje uno de los mechones de cabello y lo coloca detrás de su oreja, aún mantiene una reacción serena. Baja el camino de sus dedos desde la mejilla hasta el mentón pero termina por acercarse más y dejar un beso en el cuello de Mackenzie. Ese beso parece durar más de lo que debería pero al él parece no molestarle tomar todo ese tiempo, hasta que deja un más beso en el mentón de la joven y besa  la comisura de los labios de Mackenzie y en ese instante la mira sólo por unos segundos cuando choca sus labios con los de la joven. Se ha dejado atrás todo la delicadeza de Killian, ya que acuna el rostro de la joven mientras la besa intensamente, escucha un gemido  por parte de Mackenzie y su cuerpo reacciona, así que, sin despegar sus labios de Mackenzie, la empuja delicadamente contra el sofá, quedando él sobre ella. Las manos del Killian suben desde el muslo hasta la cintura de Mackenzie, levantado con ello la falda de la joven hasta la altura del vientre, así que él se coloca sobre sus piernas. Por inercia, Mackenzie pega cada parte de su cuerpo con él, con la respiración entrecortada por cada beso que Killian deposita sobre su cuello, clavícula e introduce una de sus manos dentro de su blusa hasta desabrochar el sostén.

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