BRUJA DE TIERRAS LEJANAS

El miedo baila en un dedo

BRUJA DE TIERRAS LEJANAS

Un juglar pregona historias de héroes, de doncellas y villanos, de nobles de gran estirpe y tierras más allá del horizonte, de príncipes hermosos y valientes desposados con plebeyas humildes.

"una cosa digo si su señoría me permitiera de momento guardar esta historia en la mollera; si ha venido al mundo alguien para algo, no soy yo, pero guardo la costumbre de cantar por donde voy" así comienza cada cantar "la princesa que buscaba encender un fuego que no estaba dispuesta a sofocar, la doncella perdió la virtud en manos de ese enemigo amigable que en su dormitorio irrumpió, guardada bajo siete llaves el truhán evadió, para dejarla preñada y escapar sin pudor" dice entre rimas y versos y un poco de complicidad; es por muchos conocido la historia de esa princesa caída en desgracia, que su padre lleno de furia asesinó para lavar su honor, bajo el horror en la mirada de la reina madre y de su hermano el valiente que buscó confrontación para encontrar también la muerte bajo la mano de un guerrero con mayor habilidad y poca moral.

"esta es la historia de un principito que se convirtió en sapo, bajo el hechizo de una bruja despechada, que siendo cruelmente rechazada, consiguió venganza de la forma más ridícula y jocosa, que dichosa sea la moza que se atreva a besar y regresarlo a su forma original" una nueva historia narra el cantor señala con el dedo al cielo y después al frente, con su ropa andrajosa y capa de cuero, la calzas manchadas de lodo y el jubón desgastado, es intimidante y a su vez gracioso en gestos, con los ojos saltados y una sonrisa contagiosa; señala a los niños que no dejan de sorprenderse por tal narración, nadie quiere caer en la furia irracional de una temible bruja "el miedo baila en un dedo, no hagas enfurecer a una bruja, y peor aún no enfurezcas a un poderoso hechicero" dice con voz gruesa y temible el juglar.

-¡cantor!- se escucha en el fondo la suave voz de una moza -¿sabes sobre la bruja y el guerrero?- la noticia que apenas son rumores en la lejana aldea donde pregona hoy, donde todo sucedió en horizontes desconocidos para cualquier habitante, excepto para él que canta en cada aldea, deteniéndose para llevar las más románticas y trágicas historias de amor que conoce en su camino, un cantor errante que no olvida que es su forma de vida y sustento, un alma libre que renunció a fama y placeres, para vivir una aventura en su juventud, miembro de una corte de los tantos feudos en el mundo; un día renuncio para vivir del arte y sin amo, envejecido mas no derrotado.

- sí, y no me place narrarlo - se rasca la barba pensativo -sin embargo por una moneda o una hogaza lo contaré - vuelve a su posición sentado en un viejo y tembloroso barril, retoma su laúd para proseguir.

-¿es verdad que la bruja lo hechizó?- otra voz más lejana se expresa, el cantor escucha con atención a cada pregunta inquieta de su audiencia, mientras él afina las cuerdas de su laúd.

-por una moneda de cada uno de ustedes, por alguna hogaza o una pieza de carne, les relataré... la tragedia de la bruja y el guerrero que escaparon volando por los cielos - señala con solemnidad a la bóveda celeste; es un vagabundo, un mendigo que solo busca llenar el estómago, eso todos lo saben, pero esos personajes son quienes llevan las novedades más impresionantes a pueblos donde nunca sucede nada. El cantor se retira su gorro de cuero roído, para dar un recorrido por la audiencia quien impaciente por la noticia sin excusas deposita lo que puede en limosna; al terminar de recolectar sus ganancias; gustoso y muy sonriente vuelve a sentarse para hacer gritar a su instrumento. Su ultimo relato es pedido por la audiencia, quien espera ansiosa a que les dirija sus cantos, con ese laúd que llora cuando sus dedos lo acarician; lo rodean de cerca entre la tierra mojada y la suciedad de los caballos que antes pasaron; en la plaza de la aldea se congregan para escucharlo, es la última gran noticia que recorre las aldeas, la famosa hazaña del caballero oscuro que liberó a la bruja de la hoguera, quien montando una criatura que se creyó extinta reclamó la libertad de su mujer - las llamas comenzaban a arder cuando desde los cielos... - canta con su laúd que llora al paso de sus dedos.