—¡No es justo!...—el pequeño castaño habla con sus padres, sin levantar la voz ni mucho menos ser un mal educado, porque esas cosas no las hacían los chicos buenos. Simplemente hablaban.
—Hijo...tu no conoces el mundo allá afuera, no entenderías las materias de una universidad, no podemos enviarte a una...es como si te hicieramos caminar por un risco con los ojos vendados.—su madre servía el desayuno, puntual a las 9:30.
—Quiero ser como los adolescentes normales, quiero tener amigos...—las lágrimas empezaron a bajar por su rostro rápidamente—ya no soporto estar solo aquí...por favor...soy un chico bueno, no voy a defraudarlos.
—Creo que tu hijo tiene razón...es un buen muchacho—su padre sonrió golpeando suavemente el hombro de su hijo—vamos a darte una oportunidad...yo también he estado hablando con algunos compañeros en el trabajo y creo que ya tienes la edad suficiente para salir.
Sus padres no eran malas personas, tampoco eran unos lunáticos del control. Simplemente eran una pareja educada en una comunidad extremadamente religiosa, y como su madre también era sobre protectora, no le habían permitido ir a escuelas en lo que llevaba de su vida. Su propia madre se encargaba de su educación, y obviamente omitia las partes de sexualidad y el relacionamiento con otras personas.
Wook no tenía ni un amigo fuera de su familia. Ni siquiera conocía a sus vecinos de enfrente y eran las unicas dos casas en kilometros. Literalmente estaba aislado.
El escuchar aquella noticia lo puso extremadamente feliz, por fin conocería la vida que había visto tantas veces en esas películas a escondidas de sus padres. Estar en un dormitorio de universidad, todas esas aventuras con amigos. Las noches intensas de estudios. Y quizás, sólo quizás, conocer al amor de su vida.
Tan sólo una semana después sus padres lograron que su hijo entrara a una buena universidad, tenían dinero, influencias y también algunas palancas por lo que realmente fue fácil.
El pequeño Kim Ryeowook con sus 18 años recién cumplidos por fin obtendría lo que toda su vida había deseado. Salir.
Sus padres lo llevaron en el auto, le dieron miles de consejos y también miles de buenas palabras, confiaban en el al 100% lo habían educado bajo sus creencias después de todo y nada podía salir mal. Era un chico amable, servicial, atento y bastante inteligente.
Llegó a la universidad mirando a su alrededor, se sentía como en una de esas películas. Tanta gente en los pasillos, tantos posibles amigos. Corrió a su dormitorio esperando encontrarse con su compañero, su emoción era tanta que no notó que había un grupo de chicos en el pasillo, chocó contra uno y ambos cayeron al suelo.
Wook se levantó con los ojos llorosos, realmente le había dolido el golpe. El chico contrario se levantó y se sacudió regresandole una mirada de odio y curiosidad cuando casi se arrodilla a pedirle perdón.
—Lo lamento...no me fije por donde iba...en serio, espero que no te molestes...fue un accidente...—derramaba algunas lágrimas asustado, era su primer día y ya había hecho una estupidez.
—Tranquilo...soy Yesung...—inmediatamente habia notado que se trataba del chico del que todos hablaban, ese tipo raro que se la paso su vida encerrado y ahora salia a conocer el mundo. Era lindo no lo iba a negar, quizás sería una buena idea "Socializar más con él"
—Yo soy Ryeowook...un...un gusto...—hizo otra reverencia, debía escapar de ahí cuanto antes así que tomó sus maletas y corrió hasta su habitación.
Yesung sonrió internamente, iba a divertirse mucho con ese chico.
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•Lilium• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝
Hayran KurguSu inocencia exagerada y bondad fueron dos atractivos suficientes para que en el mundo exterior, alguien quisiera dañarlo, pensarán en hacerle la vida imposible. Lo tratarán como quieran, lo dañarán cuanto quieran. Pero no contarán con que ese pequ...