1. Prólogo. La Lluvia

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Siempre se desea lo que no se tiene.

Nunca llueve a gusto de todos.

Cada uno se queja de lo que posee.

Pero, ¿y del amor? ¿tenemos que aguantarnos con lo que tenemos? ¿o podemos aspirar a más?

Isco quiere una familia. Anhela lo que sus amigos tienen. Ve que son felices, y eso es lo que él quiere. Alguien que lo ame y que le dé lo que más desea, ser padre.

Andrea tiene una familia que no la quiere. Está sola. Abandonada. Con un bebé en su vientre al que nadie quiere.

Sus caminos se van a cruzar. Están predestinados a hacerlo. Y cuando lleguen a ese punto. Al punto en el cual ya no pueden esconder por más tiempo lo que sienten. Entonces será ese momento, el momento que ellos estaban esperando.

Ellos se esperaron con paciencia. Se buscaban desde hacía tiempo. Toda una vida. Para toda la vida.

Principios de Noviembre

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Principios de Noviembre

Estoy atontado viendo los ojos azules más bonitos que he visto en mi vida. Esta niña es realmente preciosa, me tiene loco desde el primer momento en que la ví. Una de sus manos toca mi mejilla haciéndome cosquillas y yo me la como a besos. Fuera llueve, muchísimo, desde hace mucho rato. Y me da exactamente igual porque yo no pienso moverme del lado de esta niña.

- ¡Isco! ¡Espabila! –me grita Marcos saliendo de la cocina con un biberón en la mano

- ¿Qué quieres? Que no estoy sordo –le contesto sin dejar de mirar a mi niña

- Que o abres la puerta o le das el biberón a la niña

- ¿Han llamado a la puerta? - pregunto sorprendido, ni la había escuchado

- Si, pero como estás embobado con mi hija ni te has enterado...será Maya que vendrá del exámen...

- Anda, toma, ya abro yo -le digo dándole a Tamara después de darle un beso que la hace sonreír- así haces algo que llevo yo toda la tarde con ella...

- Si, y obligado...

Salgo del comedor y me río. La verdad es que desde que Tamara nació estoy mucho por aquí. Marcos y yo vivimos bastante cerca, de hecho 4 calles más atras. Marcos y Maya, su mujer, se casaron en el mes de julio, casi 2 meses después de nacer Tamara. Y desde que esta niña nació, me tiene loco perdío por ella. Quizás es también por las ganas que tengo de ser padre, de tener un bebe que me mire como ella mira a sus padres y que sea el centro de mi mundo.

Le doy al botón de abrir del portero y voy hacia la puerta para que entre Maya. Fuera llueve un montón, como no lleve paraguas se va a mojar. Abro la puerta y me quedo parado. Una chica morena en avanzado estado de gestación sube las escaleras arrastrando a duras penas una maleta. Me quedo petrificado sin saber reaccionar. La chica no lleva paraguas y se está mojando. Alza su cabeza y me mira. Mi corazón empieza a latir muy deprisa y jadeo. Reconocería esa cara hasta con los ojos cerrados.

Te esperé toda una vida (Cross 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora