JOANA
Hoy muy temprano Cris me había dicho que había convencido a sus padres para quedarse en Madrid mientras toda su familia se iba a su pueblo. No tenía idea de que habrá hecho para convencerlos, pero yo estaba feliz. Luego me invito a quedarme esos días con ella, obvio yo acepte, solo tuve que avisarle a mi madre que me iba a quedar con una amiga a dormir, ya que ella no iba a estar en casa por trabajo. Ya me estaba acostumbrando un poco a estar sola en casa. Esto ya lo había vivido en Argentina, no me gustaba, pero me acostumbre. Prepare una mochila con ropa y mis pastillas, las puse hasta abajo para que por cualquier cosa no las viera Cris. Sé que si quiero empezar algo bien con ella lo justo sería decirle, pero tengo miedo de que se aleje. Siempre que le cuento a la gente de mi enfermedad, les da miedo y se alejan. No sé si soportaría que cris hiciera eso.
Comí algo en casa y cuando se acercaba la hora me fui a casa de Cris. Llegue muy puntual, a las 18:00 ya estaba en su puerta tocando el timbre. Cuando abrió la puerta no pude evitar verla de arriba a abajo. Se veía hermosa, un poco más de lo normal. No pude evitar sonreír.
J: Hola
C: Hola, pasa. – Mientras decía eso, me pase a su casa, luego vino y se puso frente a mí –
J: emm ¿Qué vamos a hacer? ¿Nos quedamos acá... vamos por ahí?
C: Pues no sé, lo que quieras. O sea, podemos ver una peli o... pff podemos ir al bar del otro día.
J: jaja ese bar justamente, pues me da igual.
C: Pues a mí también me da igual.
Nos quedamos viéndonos directamente a los ojos, realmente lo único que quería hacer en ese momento era besar a Cris, esta vez no había nadie que nos detuviera. No lo dude más, deje caer mi mochila al suelo y la empecé a besar muy intensamente.
CRIS
Joana me empezó a besar muy intensamente y la verdad yo no la detuve, me estaba encantando, esta vez no había quien nos interrumpiera. Joana me pego a la pared y me siguió besando mientras me tomaba con una mano en mi cintura y otra en mi cara. Sabía a donde iba esto, estaba algo nerviosa, porque era mi primera vez con una chica, pero Joana me ponía mucho. Así que sin dejar de besarnos, la lleve a mi habitación.
Llegando a la habitación, no aguante y le quite la playera y la deje en sujetador, ella hizo lo mismo. Me empezó a dar besos en el cuello mientras me abrazaba pasando sus manos por mi espalda. La simple sensación de sus dedos tocando mi piel me estremecía. Yo empecé a bajar mis manos por su abdomen y le empecé a desabrochar el pantalón, metí mis manos y empecé a tocar su culo, se sentía bastante bien.
J: Che Cris, estas segura que quieres continuar.
C: No te voy a mentir, nunca lo he hecho con una chica, y estoy algo nerviosa, pero es que Joana, me pones mucho. – cuando termine de decir eso, puso una sonrisa de oreja a oreja –
J: Vale, tu relájate, si en algún momento quieres que pare me lo dices y lo hago. Okay?
C: Vale.
Me encanto ese gesto de Joana, me gustó mucho que se preocupara por mí y por cómo me sentía. Termine de quitarle el pantalón y nos quitamos mutuamente el sujetador. DIOS, Joana estaba buenísima. Nos tiramos a la cama y Joana se puso arriba de mí, empezó a masajear mis pechos, primero dejo pequeños besos y luego los empezó a besar más intenso y a succionar mis pezones. Eso me estaba generando muchísimo placer. Subió a mi cara y me empezó a besar nuevamente. Desabrocho mi pantalón con una sola mano y metió su mano en mi pantalón y empezó a tocarme, se sentía tan bien, luego empezó a estimular mi clítoris.
C: ahhhhh Joana
J: ¿Qué paso? – paro y me volteo a ver a los ojos –
C: me encanta, sigue porfa. – hizo una sonrisa algo picara y se levantó para empezar a quitarme el toda la ropa que me quedaba hasta dejarme completamente desnuda, yo aproveche para hacer lo mismo. -
J: Dios cris, estas buenísima.
Obviamente eso hizo que me pusiera suuuuuper roja, así que la jale para que siguiéramos besándonos.
JOANA
No podía dejar de besar a Cris. Realmente estaba buenísima. Empecé a bajar con beso por todo su cuerpo. Ella gemía un poco cada vez que yo dejaba un beso en su piel. Cuando llegue a su zona más sensible, empecé dejando pequeños besos en la la ingle, para luego empezar a besar sus labios mayores. Después mi lengua hizo todo el recorrido por su vagina hasta detenerse en su clítoris, el cual empecé a chupar cariñosamente pero con un ritmo constante.
C: Ahhhh Joana siii, ahhh no pares ahhhh
Escuchar cris gemir hizo que me mojara muchísimo y más cuando dijo mi nombre. Estaba claro que no iba a parar, así que empecé a introducir primero 1 dedo dentro de ella y luego metí el segundo. En ningún momento deje en paz su clítoris.
C: Joana ahhhhh eso se siente increíble, ahhhhhhhh ya casi llego.
Empecé a incrementar el ritmo para que cris sintiera aún más placer.
C: ahhh si Joana siiii AHHHHHHHHH.
Sentí toda la corrida de cris en mi boca, y fui parando poco a poco, fui hacia arriba y me puse a lado de ella mientras recuperaba el aliento.
J: ¿Qué te pareció? – dije mientras dejaba un beso en sus labios -
C: Dios, eso se sintió verdaderamente bien. Pero a ver, que me toca ¿no?
J: Cris si no quieres, no te preocupes no es necesario.
C: no no yo quiero hacerlo, solo que me vas a tener que ayudar un poco jaja
Cris empezó a besarme nuevamente con mucha intensidad.
CRIS
Yo nunca había hecho esto, pero vaya que lo que había hecho Joana conmigo me dio muchísimo placer, placer que no había sentido antes con nadie. Así que yo quería devolverle un poco de lo que me dio, aunque no tuviera idea de lo que hacía. Empecé con sus pechos, eran preciosos, los bese y masaje un buen rato. Luego volví a besarle la boca y bajaba a su cuello de vez en cuando. En eso baje mi mano y empezó a estimular su clítoris. Joana ya estaba empapada. Empezó a de soltar pequeños gemidos en mi oído y eso me estaba poniendo súper cachonda. Aun no sabía si estaba lista para bajar, y darle placer con mi boca, así que decidí meterle 2 dedos y empezar a penetrarla.
J: ahhhhhh Cris sigue sigue lo haces muy bien.
Justo cuando dijo eso, incremente el ritmo y después de unos 15 min Joana se corrió en mi mano.
J: AHHHHHHHH DIOS
Saque mi mano y me puse a lado de ella hasta que recupero el aliento. Nos acostamos de tal manera que nos estábamos viendo frente a frente. Dios mío, realmente Joana me gustaba muchísimo. No creo que haya algo de ella que no me guste. Nos quedamos ahí acostadas un par de horas, en lo que nos dábamos mimos y besitos de vez en cuando. Me sentía tan cómoda a su lado. Ya lo había dicho, pero sus ojos color miel me daban mucha paz. Estaba feliz de estar en ese momento con ella.