JOANA
Desperté al día siguiente con un dolor en la cara y en el estómago increíble. Me intente levantar pero me costó mucho trabajo por el dolor en el abdomen. Vi a mi madre que entraba por la puerta de mi habitación.
M: Hola amor, ¿Cómo estás?
J: Pues bien, algo mareada y adolorida.
M: Ya bueno, eso ya paso, metimos una denuncia, él ahora está detenido ¿vale?
J: La verdad no entiendo, Eloy verdaderamente no era así, es más, era mi amigo, antes de cortar con él.
M: Bueno, no lo conocías tan bien al parecer.
J: ¿Y Cris? Solo recuerdo que básicamente me salvo y ya.
M: Bueno pues después de tomarte la pastilla, te dormiste y ella quería quedarse para que cuando despertaras aquí estuviera, pero le dije que yo me quedaba contigo, si no su madre se podría enojar con ella. ¿Oye, se ve que te quiere?
J: Ya, yo igual la quiero mucho. Es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
M: Oye, bueno lo que te voy a decir probablemente no te guste, pero creo que es necesario que vayamos al centro de TLP. Últimamente has estado teniendo más episodios y se supone que la medicación debería de ayudar y no lo hacen. Igual es necesario que la cambien ¿no?
J: Pero, eso significa que me internen ¿no?
M: Si, pero es por tu bien. Por cierto tu padre está en el comedor.
J: ¿y ese milagro que no está en el trabajo?
M: Joana, no seas así, ha venido a ver como estabas, el metió la denuncia.
J: Ya bueno, eso no cambia nada.
En eso escucho como alguien se acerca a mi habitación y por la puerta se asoma mi padre.
P: ¿Puedo pasar?
J: Pues... ya que.
P: Ya solo quería ver cómo seguías.
J: Pues, ya me viste, ya puedes volver a tu trabajo.
P: Joana, no quiero discutir. ¿Por qué siempre que tenemos la más mínima interacción, tú simplemente te pones así?
J: Pues todo sería más sencillo si te viera más, ¿sabes lo difícil que es querer a un padre cuando ni siquiera lo conoces? – esto se estaba empezando a calentar y no iba a terminar en nada bueno –
P: Todo lo que hago es para que vivas bien. Mantenerte con tu enfermedad de loca no es nada sencillo ¿sabes? Tu medicación es muy cara.
M: ¡OYE! , no le digas eso a la niña.
J: Ahora resulta que es mi culpa, bueno pues se los facilito, me suicido y ya está. Problema arreglado, Joana muerta y se acaban los problemas. – estaba empezando, realmente estaba perdiendo otra batalla con el TLP –
M: Joana, no digas eso.
Tome unas tijeras que estaban en mi escritorio y las puse en mi cuello.
P: Joana baja eso, no seas ridícula.
J: Ridícula, ¿enserio te parezco ridícula?
Intente luchar contra mi propia cabeza, quería tomar el control de nuevo, en eso vino Cris a mi mente, no podía dejar de pensar en ella. No iba a hacerle eso a Cris, no la voy a dejar sola, yo nunca le haría daño de esa manera. En eso cedí y tire las tijeras. Mi madre me abrazo y en ese momento me llevaron a que me internaran. Definitivamente el TLP se estaba saliendo de control, igual que cuando apenas me diagnosticaron. Solo que esta vez Cris sin saberlo me salvo de nuevo.
CRIS
Fui al instituto y ya quería que acabara para ir con Joana, necesitaba verla y saber cómo estaba. Justo cuando sonó la campana, que daba fin a las clases, recibí una llamada de la mamá de Joana, me dijo que estaba en el hospital, que habían internado a Joana, y que me quería ver. En ese momento, si ya estaba preocupada, todo eso se multiplico por mil. Me mando la ubicación del hospital e inmediatamente pedí un Uber para ir. Después de 20 min llegue, la verdad el hospital no estaba nada cerca, pero por suerte no había mucho tráfico.
Cuando llegue vi a la madre de Joana y a un señor que la acompañaba, supongo que era el padre de Joana, se veía muy serio. Me acerque a ellos.
C: Hola, em ¿Qué paso?
M: mmm mejor que te lo cuente ella, que después dice que nos metemos en su vida y ya sabes.
C: Ya bueno, ¿puedo pasar a verla?
M: Lo está esperando. - la verdad la madre de Joana tenia una mirada muy dulce, ya se de donde la saco Joana. -
Entre al cuarto en donde me dijeron que estaba, y abrí lentamente la puerta, la vi recostada en la cama, tenía los ojos cerrados, yo solo la observaba desde la puerta. Joana comenzó a abrir poco a poco los ojos y me miro, esbozo una pequeña sonrisa y abrió los brazos como invitándome a abrasarla. Claramente yo corrí a ella y la abrace muy fuerte, no quería soltarla. Le tome la cara y la mire fijamente.
C: ¿Cómo estás? ¿Estás bien?
J: Si
C: ¿Si?
J: Si, y tú, ¿estás bien?
C: Si, ahora más tranquila, joder. – Le di un beso en los labios – Que susto me has dado, gilipollas.
J: Perdón – puso carita como de perrito triste –
Suspire y la volví a abrazar, me recosté un poco con ella en la cama. Realmente me había asustado, necesitaba abrasarla y nunca soltarla.
JOANA
Pase toda la semana en el hospital en lo que me cambiaban el medicamento y todo eso, Cris todos los días venía a verme. Eso me gustaba mucho, la verdad probablemente era la mejor parte de mi día. Aunque a mí me encantara sabía que Cris no fue salía con sus amigas o estaba con su familia porque venía aquí a l hospital conmigo, el hecho de que no viviera su vida como antes me hacía sentir culpable, aunque claro ella no me decía nada de eso. El lunes me dieron el alta, y ya solo tenía que ir a terapia todos los días de esta semana y reposar en casa.
Estaba en casa acostada en cama y sabía que Cris iba a venir, y era otro día en el que no salía con sus amigas o hacia sus cosas por venir a ver a la enferma, porque bueno yo aún no podía salir, o ir de fiesta o cosas así. Probablemente Cris era muy buena para mí, pero no la merezco. Ella no debería estar atada a alguien como yo, ella merece a una persona normal. Me dolía mucho, pero tenía que dejarla ir. Probablemente eso me destrozaría pero, Cris no puede ser feliz a lado de una loca como yo. Estuve pensando mucho, hasta que sonó la puerta de mi cuarto y vi que era Cris, ni escuche cuando entro a la casa. Ya era momento de acabar con esto.