Capítulo 1 La rosa

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CONTINUIDAD DE LA NOCHE DE PETER Y GWEN


⚠️ANTES DE EMPEZAR⚠️

Esta es una cadena de historias que pueden encontrar en mi perfil

Cada una de ellas se puede comprender sin necesidad de la otra, pero entre si llevan una continuidad y dan más contexto y profundidad a la historia


Historias de esta cadena

1 La noche de Peter y Gwen

2 Una segunda Noche

3 Mary Jane Historias de cama (cronológicamente esta es la primera, pero funciona mejor si se lee después de Una segunda noche).

4 Peter Parker sacrificios del corazón

4 Peter Parker sacrificios del corazón

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Peter ya había planeado todo, tía May estaba tejiendo y cuando hacía eso se llevaba horas, además de que toda su concentración estaba en eso, sabía que se llevaría toda la madrugada cosiendo y que por eso despertaría muy, muy tarde, así que por eso ya había encontrado la excusa perfecta. Gwen ya estaba instalada en su nuevo departamento en la gran manzana, así que todo era perfecto, pero aun no sabía si avisarle que iría o llegar de sorpresa, estaba dándole vueltas a esas dos opciones hasta que al final decidió llegar de sorpresa, después de todo, la primera ocasión fue una sorpresa por parte de ella, ahora esta vez sería una sorpresa por parte de él, estaba pensando en cómo llegar, hasta que vio la máscara roja en su armario, fue cuando supo que hacer y cómo hacerlo.

El muchacho esperó a que estuviera lo suficientemente oscuro para que nadie lo viera, se puso su máscara de Spiderman, sus disparadores y salió por la ventana disparando una tela al edificio más alto de la cuadra saliendo del departamento, se balanceó por los rascacielos hasta llegar a una zona muy bonita de Nueva York, el nuevo departamento de Gwen estaba ya muy cerca.

Casi llegaba con su amada, pero antes de volver a emprender el balanceo vio una gran mansión con un jardín enorme, y gracias a la visión que tenía por sus poderes vio una rosa roja, en cuanto vio esta hermosa flor pensó en los rojizos labios de Gwen, así que disparó una telaraña en la dirección contraria y después se dejó caer en el jardín de la mansión, se dirigió sigilosamente hacia el rosal y agradeció que cerca de ahí había unas tijeras de jardinería, vio las flores y se dio cuenta de que la más hermosa era una color rosa, la cual quedaba más con la personalidad de Gwen, así que tomó esa, luego miró la fachada trasera de la mansión y dijo:

—Perdón pero es por una buena causa —estiró el brazo derecho y volvió a salir por la tracción de sus telarañas, volvió a detenerse en una azotea y (en diagonal) miró unos cuantos metros más abajo, ahí estaba el balcón del departamento de su novia, el muchacho respiró hondo y fue hacía el balcón, al aterrizar se le cayó el disparador del brazo, haciendo mucho ruido al chocar en el piso.

—¡Diablos no lo ajusté bien! —se quejó enojado tomando el disparador, pero en ese momento vio que las luces del interior se habían encendido, asustado saltó del balcón recargándose en la saliente del piso inferior.

Desde ahí escuchó pasos leves, sabía que era ella, se quitó la máscara y la guardó en uno de los bolsillos de su pantalón, usando su habilidad para adherirse a las paredes trepó por el costado del balcón viendo como Gwen regresaba al interior del departamento, sin embargo justo cuando él se asomó por el barandal ella se había volteado.

—¡¿Peter?! —dijo sorprendida, corrió hacia el barandal y Peter subió un poco más para verla mejor. —¡¿Pero qué estás haciendo aquí?! —preguntó la rubia sorprendida y emocionada, el muchacho estiró el brazo que sostenía la flor rosa viendo la bonita expresión que eso había causado en ella.

—Tenía que darle esta bonita rosa a la dueña de mi corazón. —dijo Peter con una gran sonrisa en la boca.

Gwen lo miró soñadora, tomando el tallo de la flor.

—Qué curioso, —respondió picarona —porque a mí el amor de mi vida justo me esta regalando una rosa.

—Que afortunado —expresó el castaño estirando más las piernas para estar a la misma altura que a la que estaban los ojos de Gwen.

—Lo mismo digo de ella —Gwen se agachó un poco más para así alcanzar los labios de Peter con los suyos. El muchacho se alejó un poco de la boca de Gwen y de un salto estaba de pie sobre el barandal, Gwen retrocedió riendo y Peter volvió a caer de pie en la baldosa.

Gwen miró a su novio de pies a cabeza, olió la rosa y giró casi dándole la espalda, luego de eso, mirando sobre su hombro le dijo:

—Creí que solo habías venido a regalarme la rosa. —el tono con el que Gwen se expresó además de la mirada seductora con la que lo veía fue todo lo que Peter deseaba, y la forma en que Gwen lo había iniciado le pareció de lo mejor.

—Señorita, esa rosa no es un regalo, definitivamente es para usted, por lo hermosa que es, pero viene con un precio. —dijo Peter usando el mismo tono que ella había usado.

—¿Precio? —imitó, dando un paso hacia el frente.

—Así es. —dijo él dando más de un paso hacia ella, estando justo frente de la chica.

— ¿Y cuál es? —el tono de voz se había vuelto bastante pasional entre ambos.

—Me conformo con mirarte.

Gwen y Peter se quedaron de pie ahí, simplemente mirándose el uno al otro, sin decir una palabra, sonriendo bastante, hasta que la rubia se puso de puntitas para besarlo, poco a poco, con cada rose de labios, este golpeteo se intensificó, pasando de tierno a apasionado. La temperatura de Peter se incrementó y su pasión junto con su deseo de estar con ella se estaba haciendo tan real como tanto necesitaba.

Gwen rompió el beso, corrió hacia el interior del departamento y gritó: 

—¡Atrápame si puedes!

Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora