Jerigonza

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No me comprendes, no sabes por qué,

pero yo sí,

¿cómo juzgar tu desconocimiento en términos de amor

si lo que yo digo es para ti una jerigonza ininteligible?

Al hablarte, drenando mi alma en un contenedor limpio,

y regalártela: no supiste qué hacer con ella.

Pero jamás podría haberte culpado,

después de todo no sabías cómo sostener el frasco

y temías que se cayera y fragmentara.

El cristal es frágil y el alma es delicadísima,

¿verdad, cariño?

Si te hablo en mi lengua a ti te sonará como un vozarrón

o como la interferencia del televisor en días tormentosos.

Y eso no está mal,

nadie es juzgado a muerte por no hablar

o entender un idioma diferente al suyo.

Sin embargo aquí estoy yo:

traduciendo tus palabras delicadamente,

cuidando de colocar los verbos dónde deben,

y el pretérito en aquel otro sitio.

Traduje aquel beso como: cariño.

Aquella caricia: anhelo.

Ésa noche titilante y cálida: deseo.

Y una por una agregué palabras a mi diccionario de ti.

Pero aun no encuentro una palabra que se traduzca como: amor...

...Y sigo hablándote sin parar,

te digo que puedes sostener mi alma y que no la dejarás caer.

«Confío en ti», te digo.

¿Por qué te cuesta tanto entenderme?

Yo sostendría tu alma,

tus miedos y lo que sea que deba soportar en mis brazos,

en mis hombros

o incluso mente;

con tal de ayudarte a ser feliz.

A mi lado o lejos del mismo,

y te vería sonreír de lejos, tan siquiera.

Entiende lo que digo, lo que susurro o grito:

que te amo como jamás había podido.

Como nunca quise amar;

porque duele y estoy descubierto.

Y que lo hago sin ninguna molestia...

¿qué locura, no?

Esta mente busca el amor de maneras raras,

y lo encontró en ésa flor de hibisco que siempre estuvo allí,

observando atenta la lluvia al caer,

y aquí me quedaré;

quietecito a su lado, para ver la lluvia caer también.

Porque tu lenguaje es mi tintinear de la lluvia,

es mi ambrosía cuando tuve hambre

y mi calidez cuando pasaba frío.

Es todo.

Si tan solo pudieses entender lo que digo, cariño,

Filamentos estelares -poemario-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora