¿Cómo decir que sí?
Oh, querida mente llena de complejos pensamientos...
¿Imaginarios?
¿Reales?
¿Infundados?
¡¿A dónde he de correr para huir del ruido incesante de la confusión interminable?!
He divagado por las lagunas frías de mi psique, tratando de ahogar aquellas emociones sobre el futuro que me causan agobio.
Pero ¿Está bien ahogarlas?
Son mis preocupaciones,
me arañan la cabeza desde dentro
y me dan ganas de tirarme y llorar hasta que las estrellas se apaguen en el firmamento.
Mas siguen ahí.
Cabalgando sobre el agua como jinetes del apocalipsis.
¿No había un final bueno para el acabose?
Quiero creer que los caballeros de miedo y ansiedad han de partir,
¿Sabes?
Que irán lejos de mí.
Ya no los veré... Es mi sueño.
Pero es solo eso: un sueño.
Sé que debo acostumbrarme a verlos... Quizás hasta tomarles cariño.
Tal vez en ése momento las dudas que éstos me trasmiten se conviertan en algo más llevadero.
Pero las emociones son como flechas envenenadas en mi pecho... La ponzoña se esparce como las esporas de un hongo maldito por el mismo cielo.
Y entonces siento que yo no soy uno sino varios, podría incluso ser muchos.
¿Quién soy?
—Eres especial —dice una de las voces, uno de los yos que habita mi habitación mental. Este yo habla con cariño, me quiere y yo lo quiero a él... Pero como si fuese un familiar con buenas intenciones habitual, lo ignoro. Sus palabras me parecen infundadas.
—Eres una mierda y lo sabes. Por el amor del cielo, eres una bazofia... ¡Y me enoja que siquiera llegues a considerar lo opuesto a ello! —exclama la otra persona. A esta me gusta llamarla Odio. Es mi detestable sentir sobre mí mismo. Es mis secretos. Es mi pasado. Es quién yo más detesto de mí mismo. Él significa todo lo malo que hay en mí, como un baúl de memorias horribles: me dice lo que hice mal, el daño que he causado, las cosas que he arruinado... Es aquel al que me gustaría matar, cortar, degollar. Pero no puedo.
—No... No... No —susurra otra voz—... No harás nada de eso. No eres una mala persona. No lo eres. No completamente. ¿Quién puede decir que es bueno? Querido mío, ángel mío. Pequeño amigo —me toma de las manos, me seca las lágrimas. Siempre lo extraño tanto... Pero siempre está fuera de mi vista, se va por mucho tiempo, a veces por culpa de Odio o Miedo (él es muy amigo del primero)—. No eres ni malo ni bueno. Eres aquella ambivalencia que puede mejorar. Las estrellas nacen como polvo, y luego brillan mucho, pequeño. No todo será así como es ahora. Sal de allí... Sal del miedo, cariño. Sal de la ansiedad, pequeño. Sal de la penumbra de tu mente, dulzura. El futuro podría ser brillante, ¿Lo recuerdas? Queríamos ser tan especiales y lo somos justo ahora. Tenemos tanto. Hay tanto, mi niño. ¡Hay tanto!
»Ella estará para ti... ya lo verás. Y si ella decide irse, ¿Puedes evitarlo? No, no puedes, mi vida. Pero el universo gira y gira y no se detiene por las aves que vuelan en el cielo naranjado. El amor es mágico y metamorfoseante... Puede durar. Puede ser fuerte. Puede ser todo lo que quieras.Pero no puedes obligarlo. Déjalo. Fluirá si desea fluir, pequeño. Pero sus besos seguirán en tus recuerdos. Y sabes... No todo es real. Lo que hay en tu mente no es real. Sé que ella te ama, pequeño. Lo sé. Pero ella es como tú, como todos. Hay voces infinitas en sus mentes. Y tú, mi pequeño, debes estar para ahuyentar esas voces. Estarás para ellos, porque sabes lo que es gritar en el vacío. Que nadie te oiga. Tú las oirás... Las abrazarás y les dirás que todo está bien. Porque los amas
»Y ni siquiera estando en la luna, ese amor desaparecerá, amigo mío. Así que sube al cohete. Dale un beso largo y medio eterno que te dure por unos años. Abraza a tu madre. Despídete de tu abuela. Y vuela al sur, como las aves del norte helado. Construye otro cohete allá, y llévate a alguien a Saturno, a Júpiter, a Andrómeda... Llévala contigo por siempre. Porque ella te ama y tú a ella. Y verás... Verás que todo estará bien —entonces me besa la frente y se vuelve a ir por un tiempo. ¿Pero sabes algo? Creo que...
... Estaré bien.
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Filamentos estelares -poemario-
PoésieSígueme en ésta travesía por el cosmos emocional, la mente de una persona que lidia con la inestabilidad de su propia psique. Vagando en el etéreo vaivén de los sentimientos humanos; ya sabemos que cada uno de nosotros es un universo propio, brilla...