To be me

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Muchas veces traté de aprender el idioma que se hablaba en mi mente,

¿Sabes?

Pero me temo que jamás podré comprender más que pequeños fragmentos de esa prosodia.

Tal vez porque los ciudadanos de mi mente no quieren que sepa su lengua.

Tal vez porque soy muy ignorante para aprender a identificar siquiera un fonema.

Como resultado solo hay un caos,

pues mis pilotos conducen atropelladamente;

yo paso sobre barreras y me estrello incontables veces.

Recojo en silencio los huesos rotos de mi alma

y los pego con lágrimas.

Las cicatrices las siento con la punta de los dedos al recorrer con suavidad mi piel.

Pero mi mente sigue sin querer revelar sus secretos;

esos que me dirían la verdad de qué es lo que siento

y qué puedo hacer para estar bien.

Entonces solo me queda bailar en las sombras,

tropezando pues no sé los pasos.

A tientas busco la pared para no caer;

pero las instrucciones de mi mente llegan en esa jerigonza ininteligible.

Entonces alguien me pregunta:

"¿Por qué hiciste eso?"

y

"¿Cómo te sientes respecto a esto o aquello?"...

No me queda más que sonreír

y decir que estoy perfectamente o que no sé qué decir.

Pues no conozco nada más que eso:

puedo estar muy bien o terriblemente mal.

Supongo que jamás he encontrado un punto intermedio.

Paso de ser un haz de luz que salta y rebota por doquier,

a convertirme en un despojo que se arrastra y que absorbe la luz cercana.

Eso me sorprende; pero no es una sorpresa buena como cuando te hacen una fiesta de cumpleaños...

Es una sorpresa triste: parecida a cuando pensabas tener la razón sobre que tu abuelo sobreviviría pero resulta que había muerto.

Y te dices una y otra vez:

"Esto es ridículo... Imposible e ilógico".

Pero, tristemente, es completamente cierto.

Y te das cuenta que, o estás drogado... O estás loco... Y yo soy el último, me temo.

Nunca pensé que sería alguien así,

siempre creí que era "normal".

Que mi mente era genuinamente tranquila y estable...

Pero, luego, se volvió un cuadro de Salvador Dalí o del Bosco.

Una música desafinada que daña los oídos.

El escenario de un desastre.

Dejé de tener a Psique en mi mente y en su lugar una Mantícora hizo nido.

No soy normal...

Me molesta no serlo...

Porque no me gusta estar triste todo el tiempo.

No me gusta estar feliz de improvisto

y luego decaer casi de inmediato.

No me gusta ser yo.

Filamentos estelares -poemario-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora