¿Cuál es el punto, universo? ¡¿Cuál es el sentido de esto que nos diste?!
Yo no lo quería, ¿Sabes? ¿Had pensado en ello, puto universo? ¿Quién te dijo que yo quería nacer y existir en esta realidad llena de cavilaciones y dolores de toda índole? Yo no lo deseaba, claro que no.
No es mi culpa que mis genes egoístas hayan querido formar un puñetero cuerpo andante y palpitante.
Yo no lo decidí.
Y entonces, descaradamente, vienes y me obligadas a esto; caminar sin rumbo en un pasillo sin fin que se enfila y que también se mezcla como un maldito laberinto indefinido. ¡¿Por qué creaste este inútil laberinto?! ¿Por qué creaste esto...? ¿Hay un punto entre tantas rayas y confusión?
La hoja en la que escribías se rompió de tanto repasarla con el bolígrafo lleno de sangre y tinta, malditasea, ¡Tú lo sabes!
No hay, nunca a habido, no habrá un destino. Dime la verdad, nadie, nadie, nadie irá a el Valhalla, al Nirvana, a los campos Elíseos, ni menos a los Altos e Infinitos cielos con calles de oro y ríos de cristal. No hay hierba dorada. No hay lagos de agua de vida... No hay nada después de éste planeta moribundo. Solos estamos y solos moriremos. Ésta esfera será solo una roca fría y muerta en el espacio sideral e inhóspito algún día, ¡Lo sabes y no me mientas a mí!
¡Jah! Me llamaron loco, depresivo y pesimista, ¡Pero no lo soy, desolado de corazón! Solo... Solo vi la verdad. La vida es un trompo girando. Es un pájaro que va cayendo con las alas rotas y aún así mira esperanzado que la caída no le partirá el cuello como una rama de otoño pisada por un venado hambriento. Es frío. Es calor. Es dolor. Es tristeza y muerte.
Es todo... La vida. ¿Qué es la vida? No hay respuesta suficientemente poética (no es que la desee), no la hay. Porque la poesía es solo echarle azúcar a la carne putrefacta para que ésta se vea mejor... Pero sigue siendo muerte con azúcar. Es un cuchillo enterrado en el pecho mientras te besan la frente.
Vaya, soy poeta, ¿Qué es ser poeta? ¿Cómo se es poeta? ¿Importa, universo? No. Nada importa, porque todo es nada. Y la nada somos todos, ¿No? Quién sea que nos creó, a nosotros o a todo, me da igual; pero si eres un ente interdimensional o sea lo que seas, puedes irte al carajo, ¡Tú y tu lógica descabellada de que crear un mundo habitado por seres tan enfermos iba a resultar! Mira que bella mariposa, ¡Oh mira, se la acaban de comer! ¡Mira que precioso animal, hay que matarlo...! Oh mira... Es una persona normal (¿Qué es normal?)... Hay que hacerla romperse por dentro de alguna forma, hay que crear una manera interesante de que sufra; eso de seguro es lo que piensas. Sea lo que seas. Eres la maldad que habita los corazones de los hombres malévolos que aterran a la misma noche. Eres el dolor que carcome a los que pierden algo, que como un óxido malicioso te apoderas de cada pieza brillante que poseen, ¡No mientas, maldición, es así!
Yo... Solo te pregunto... ¿Por qué nos creaste... Si solo vamos a sufrir? No... ¡No me vengas con eso de que!: "el sufrimiento es parte de vivir". Debería haber algo... Algo... Pero no lo hay... Nada espera del más allá. Lo sé, porque sea lo que sea que haya, no quiero tener que convivir eternamente con seres tan despreciables, créeme, no quiero verte. Sé lo que han hecho... A nosotros los que vivimos aquí en esta piedra voladora. No quería vivir... Y no les daré el gusto, maldito universo.
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Filamentos estelares -poemario-
شِعرSígueme en ésta travesía por el cosmos emocional, la mente de una persona que lidia con la inestabilidad de su propia psique. Vagando en el etéreo vaivén de los sentimientos humanos; ya sabemos que cada uno de nosotros es un universo propio, brilla...