Divagamos entre ecos de cuásares,
corriendo entre bosques inmemoriales,
pero nos encontramos.
Entre lágrimas, gritos y rasguños,
yo rasgaba,
me escondía en la sombra de los árboles
y miraba las hojas caer en colores otoñales,
los faunos lloraban por mí.
Sin duda las sintonías lúgubres existen,
ya que las oía infinitamente.
Pero cómo le explico a la luna que ya tengo una amante,
y que no solo puedo mirarla y recitarle poesía,
sino que la puedo besar, nuestros cuerpos bailan, mi musa.
Las hadas danzaban contigo
entre los bosques eternos de Cualquier Parte
y a veces en Todos Los Sitios,
salí a tu encuentro, me deshice de mi abrigo pesado,
ése hecho de tristezas,
y ante la atención del Todo te recité mi ser,
temblaba por el frío,
y estaba sacando mi frasquito para guardar mis lágrimas.
Pero me abrazaste, y tus alas azules,
ésas inmarcesibles, oh, ¡pero tan cálidas fueron, y son!
No requería mi frasco,
y lo guardé en las sombras,
me vestiste con tu prenda, esa hecha de luz.
Ahora, aquí vamos de la mano, me llevas flotando,
elevados sobre las copas de eternos árboles otoñales,
bañados por la inmensa felicidad,
y Selene nos mira, sonriente,
Helios también está alegre al pasar en su carruaje,
nos hace un saludo.
No puedo ni mirarlos,
tú, mi hada idílica,
eres mi sol y mi luna.
Este poema tiene a los personajes Tulipán y Ofelia, que aparecen en el libro Lágrimas y Estrellas, dentro del cuento Etoiles del autor B.A. Petit.
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Filamentos estelares -poemario-
PoesíaSígueme en ésta travesía por el cosmos emocional, la mente de una persona que lidia con la inestabilidad de su propia psique. Vagando en el etéreo vaivén de los sentimientos humanos; ya sabemos que cada uno de nosotros es un universo propio, brilla...