Las Reglas del Juego

Sinopsis

Ha transcurrido casi un año desde que Mika llegó a la vida de Gianna de la manera más inesperada e indeseada posible: como la novia de un su papá. Se conocieron por pura casualidad en un museo de arte en París, pero la vida es caprichosa y las cosas nunca salen como una las desea.

Ahora con 18 años Gianna está decidida a cumplir el objetivo de ser la mejor futbolista del mundo. Lo cual no será muy difícil dado que tiene el talento natural para ello y más de un prestigioso club europeo desea tenerla en sus filas; mientras que la veinteañera mademoiselle Mika Lacroix es reconocida mundialmente como una prodigio con el pincel. Sin embargo, cuando en una noche un beso tonto con Gianna rompa las reglas del juego entre las dos nada volverá a ser lo mismo.

¿Qué tan difícil es manejar la fama y la presión de Gianna por ser la mejor jugadora del mundo? ¿Cómo afrontarlo teniendo solo 18 años? Y si a eso le sumas el hecho de empezar la complicada etapa universitaria, ver que la amistad de años con tu mejor amiga ha sido invadida porque esta se enamoró perdidamente de la noche a la mañana. Entonces, ¿a dónde recurrirías por ayuda? La única persona que te queda será "la novia de papá".

Las intenciones de Mika jamás fueron quedarse a vivir en Londres. Simplemente, las cosas se dieron y ¡ya! Jamás imaginó que aquella guapa adolescente que se ríe de todo tendría el poder de hacer estallar su universo desatando un incontrolable incendio en su corazón, pese a que lo tiene prohibido por obvias razones.

Ambas tenían planificadas sus vidas. Mika vivía el perfecto noviazgo con el padre de Gianna -hasta un matrimonio se divisaba en el futuro-, y Gianna estaba a nada de ser el flamante fichaje del Olympique de Lyon. Sin embargo, el pasado no desaparece por más que huyas de él. Solo les quedará confiar en ellas y esperar que las sombras no las destruya para siempre. El mundo caerá encima de ellas, pero todo dependerá de la elección que tomen sus corazones en seguir adelante juntas o separadas.

Ninguna imaginó que deberían de reescribir las reglas del juego que empezó una mañana grisácea en París a partir de una simple pregunta: ¿Por qué tan seria? Desde ese momento una mágica chispa surgió entre las dos. Y aunque ninguna intentó enamorarse, sus corazones no se lo permitieron.