Cinthia y Santiago son amigos de toda la vida. Ella es romántica y soñadora. Una joven dulce y encantadora que desde pequeña imaginó que vivía su propio cuento de hadas. Soñaba con ese día que se casaría con su príncipe encantador; ese hombre perfecto y maravilloso que era su novio desde siempre y al cual amaba con todo su corazón. Santiago es romántico e idealista. Está próximo a casarse con la mujer que ha considerado perfecta para llevar una vida tranquila y estable, pese a que, en su corazón desde siempre, ha habitado otra mujer muy distinta. Pero ni Cinthia ha encontrado aún a su príncipe encantador, ni Santiago tiene a su lado a la mujer perfecta. Ahora los dos, con el corazón y las ilusiones rotas perderán la fe en todo lo relacionado con el amor. En su intento de reconstruirlo entenderán que, pese a que ya no quieran que ese sentimiento se atraviese nuevamente en su camino, éste siempre se hace presente de manera segura e inevitable.