Vivían tan sumergidos en sus mundos que inevitablemente olvidaron que el que ellos pisaban daba vueltas constantemente y cuando quisieron darse cuenta de ello, esos giros los hicieron chocar. Ella no tenía preocupaciones más que elegir el destino del viaje del próximo año, superficialmente lo tenía todo; dinero, belleza, amigos, lujos y más. Le gustaba ser el centro de atención y sin ni siquiera intentarlo lo era. Tenía el mundo a sus pies, lo sabía, y sí creía estar inconforme, sin esfuerzo lograba tapar el vacío. La vida perfecta, según los que la miraban desde lejos ansiando tener lo que ella. Y sí, sonría alardeando cada que alguién le decía esto mostrándose como una jodida y engreída reina, hasta que al caer la noche dónde no estaba de fiesta ni rodeada de amigos, el sofocante vacío que por más que quiso nunca logró llenar le hacía pedazos el corazón. Del otro lado del mundo él vivía con un rencor que llevaba grabado en la memoria desde niño, pasaba por encima de quién se le diera la gana no más que para demostrar que podía, que era mejor que todos y todo. Al igual que ella, tenía el mundo a sus pies y la vida resuelta, pero tampoco le bastaba. El odio, el rencor y la ambición de alzarse por sobre su familia, lo llevan de directo a un abismo. Al unirse, ambos entenderán finalmente que cada acción tiene una consecuencia, y que las decisiones de ella por seguirlo la llevarán a caer de lleno en el abismo que crearon las decisiones de él por acabar con los que algún día le dieron la espalda. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.