Luego de un año entero de preparación, tomando su tiempo, fortaleciéndose y con la intención de poner su destino sobre sus hombros, Link está listo para recoger la llave fundamental que le guiará en pos de sus metas: la Espada Maestra. Aquella que reposa en los bosques perdidos y con la que podrá enfrentarse finalmente al mal. Sin embargo, no llega ni bien a las inmediaciones del santuario cuando se da cuenta que alguien la ha robado. Y que esa «alguien» no es especialmente una desconocida para él; que su aparición pondrá en juego todo lo que creía saber de su sagrado rol como el héroe elegido. Y de su mismo destino.