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Un delicioso aroma a estofado inundaba el rincón de los comedores en que ambos estaban. Illyria mecía sus pies al aire, sentada en una de las bancas, viéndolo mezclar ingredientes dentro de una olla, desde sus espaldas. Apenas habían mediado palabra desde que se habían encontrado, y aunque él no dijera nada en lo absoluto, la rigidez de sus movimientos evidenciaba molestia.

Illyria arrugó la nariz. No lo entendía. No sé veían en mucho tiempo antes de que ella tomara la decisión de enlistarse en la guardia real, debería estar feliz. Deberían estar más unidos que nunca.

Luego de unos minutos de silencio, se levantó y se deslizó hacia él con tanta ligereza como pudo. Se asomó cerca del hombro de Link, percibiendo en primer plano el estofado de papas y sintiendo el calor de su tufo. O bien podría ser la esencia irritada que Link transpiraba, quien al tenerla más cerca tensó sus comisuras aunque su semblante permaneció serio.

—Huele demasiado bien —olfateó ella, mirando inmediatamente a los ojos azules de Link, en busca de una reacción.

—... Gracias. —Fue lo único que medió, sin verla. Illyria puso sus manos en los hombros de él, aunque desvió la mirada como quien no quiere la cosa.

—Es bueno saber que no has dejado de hacer lo que te gusta, aunque siempre estés trabajando... —deslizó las manos por sus brazos. De repente sintió ganas de abrazarse a él. Pero el humor del chico y el hecho de que podría estorbarle al cocinar la retuvieron.

Pero extrañaba hacer esas cosas. Ella sí estaba contenta de tenerlo cerca.

—Lo hago en mis tiempos libres. —Link retiró la olla del fogón y aprovechó los platos de porcelana que guardaban en la alacena de los comedores de caballeros. Sirvió dos tazones humeantes.

—Que no deben ser muchos —ironizó ella, sentándose en una de las mesas desocupadas cuando vio a Link acercarse con los platos.

—No, no realmente —suspiró él por lo bajo. Illyria le observó mientras se sentaba por igual. Estaba tan serio... Sabía que estaba molesto, pero esa seriedad se le antojaba fuera de lugar—. Pero está bien. Tengo deberes importantes.

La pelirroja hizo un gesto inconforme ante su respuesta, pero como Link se fue a su comida sin miramientos, ella hizo lo propio.

Sopló la sopa humeante que tenía bajo sus narices. Le rugió el estómago. Los días habían sido pesados desde su entrada; con entrenamientos incesantes desde el primer día y de por sí bastante pesados. Sentía el cuerpo molido aún cuando ese era un día de descanso. Y regularmente le llegaban escalofríos al recordar que ese era solo el comienzo.

Aún así, miró al rubio de vuelta, con ganas de desaparecer el silencio que quería establecerse entre ellos una vez más. Sonrió hacia él, atrapando su mirada por un segundo, mientras él daba una cucharada. Aunque la perdió rápido, los ojos de Link parecieron suavizarse un poco. Una punzada extraña había invadido su pecho.

—Estoy feliz de poder verte de nuevo —se le escapó de los labios a Illyria. Se sonrió, buscó tomar la mano de Link. Y sentirla lo hizo sentir todo más real—. Te extrañaba tanto... Y tu madre también lo decía. Hatelia no es lo mismo sin ti. Aunque eres su orgullo...

Aquello había enternecido a Link, al menos hasta la última frase. Tras las últimas palabras de la chica, el agarre que Link había permitido en su mano se aflojó, hasta que la retiró; como retiró también la mirada, suspirando. Eso era un buen recordatorio. Se irguió. Intentó de nuevo, desde el inicio. Tenía que comportarse como el héroe elegido.

Pertenecientes || BotW LinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora