XXXI | Compañeras de vida.

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Tass se levantó de golpe, presa de una angustia que le oprimía el pecho

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Tass se levantó de golpe, presa de una angustia que le oprimía el pecho. Su piel estaba cubierta por una capa de sudor frío, que hizo que la camiseta se pegara a su cuerpo de una forma agobiante. Se incorporó de la cama para sentarse, dejando sus piernas colgar. Sus respiraciones eran entrecortadas, como si no fuera capaz de coger aire.

Zulema se despertó al sentir que el cuerpo de la rusa no estaba a su lado. Se giró para verla sentada, sacudida por pequeños temblores. Se incorporó de golpe con preocupación y apoyó una mano sobre su hombro, sobresaltándola.

- ¿Estás bien? – susurró.

Anastasia asintió, alzando la mano para tranquilizarla.

- E-Es sólo un ataque de pánico – explicó cuando fue capaz de coger el aire suficiente para hablar – Pero estoy bien, ahora se me pasa.

Cinco fueron los minutos que tardó en que su respiración se regulase de nuevo.

- ¿Por qué te ha dado?

Anastasia soltó un pequeño bufido antes de esbozar una sonrisa ladeada.

- Me vas a tomar por loca, Zulemita.

- Ya lo hago... - respondió la pelinegra, recibiendo un suave golpe en el hombro a modo de respuesta.

- A veces tengo... Sueños. Son muy reales. Tanto que me... Angustian. Y me levanto así – se señaló. El pelo se pegaba a ambos lados de la cara debido al sudor, y su piel había adquirido un color blanquecino.

- ¿Qué has soñado? – Zulema abrió los brazos para que Tass se dejara caer a su lado, tumbándose de nuevo.

La morena la miró en silencio, recordando su sueño. Finalmente negó.

- No sé – dijo tras unos segundos – No me acuerdo – mintió, sonando lo suficientemente convincente como para la que Zulema no insistiera.

Esa noche ninguna de las dos volvió a conciliar el sueño. A la mañana siguiente, bajo los ojos de la rusa se extendían dos profundas ojeras de color violáceo. Bajó de la cama sintiendo su cuerpo más pesado que de costumbre. Se cambió con lentitud antes de apoyarse sobre la litera.

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora