XXXII | Ha vuelto

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Durante un mes, que fue lo que la gitana tardó en salir de aislamiento, ambas diseñaron, con detalle, una compleja red de tráfico con gallinas, desarrollando la idea inicial de la mora

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Durante un mes, que fue lo que la gitana tardó en salir de aislamiento, ambas diseñaron, con detalle, una compleja red de tráfico con gallinas, desarrollando la idea inicial de la mora.

Mientras que la rusa se encargaba de los detalles relacionados con Hong Fan y Akame; la pelinegra gestionaba el contrabando.

- ¿Y estás segura de que puedes confiar en Omar y Hanbed? - le había preguntado Tass el día que Zulema le contó todo lo que tenía planeado - Yo conozco a dos serbios que se podrían encargar de ello. Son de fiar.

- ¿Estás tú segura de que puedes confiar en Kozzy? - preguntó la mora a su vez, rodando los ojos ante la desconfianza de su chica.

- A pesar de nuestros antecedentes, si, estoy segura de que puedo confiar en él.

- Pues eso. Hazme caso. No necesitamos a esos serbios tuyos - añadió con sorna.

- Pues te habrían caído bien - mascullló, antes de esbozar una corta sonrisa.

La idea que habían desarrollado, si bien podía resultar compleja en un principio, terminó por convertirse en algo muy simple.

Las gallinas muertas salían de la prisión sin que nadie hiciera preguntas. Tras un pequeño viaje llegaban a una fábrica donde las incineraban. Zulema se encargaría de que, algunas de aquellas gallinas, se convirtieran en sus mulas de carga.

- ¿Cómo las vas a marcar? - preguntó la morena - Omar tendrá que saber cuáles son las gallinas con las que tiene que trabajar.

- Les cortaré el espolón.

- Nadie se fija en el espolón - la rusa asintió conforme con la idea de Zulema - Es una buena idea - reconoció - ¿Cómo harán para traernos lo que pedimos?

- Del mismo modo - le explicara la mora - Pero dentro de una gallina viva.

- ¿Y cómo las vamos a reconocer?

Zulema se había acercado a ella, y extendió en su dirección la arandela amarilla que siempre se encontraba alrededor de una de las patas de las gallinas.

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora