XXXV | "Hasta pronto"

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Con la mano sobre la boca, Anastasia contenía las arcadas que la invadían cada pocos minutos

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Con la mano sobre la boca, Anastasia contenía las arcadas que la invadían cada pocos minutos. Encogida sobre si misma no hacía más que maldecir, pensando en lo estúpida que había sido al tragarse esos malditos explosivos.

Zulema, de pie en el centro de la celda, la miraba con preocupación, pero no decía nada. La rusa ya le había dejado claro que lo último que le apetecía en ese momento era hablar con ella.

- ¿Te sentó mal la cena, Tassia? – preguntó Goya, que miraba la descompuesta cara de la morena.

- Si, Goya – la susodicha esbozó una pequeña sonrisa ladeada – Parece ser que me cayó pesada – respondió antes de levantarse hacia el baño con rapidez para vomitar, pues ya no fue capaz de aguantar más. Cuando paró se limpió la boca con el dorso de la mano y suspiró – Esto es peor que un día de resaca.

- ¿Estás...? - Zulema trató de acercarse, pero Anastasia alzó una mano.

- Ssshhh – chistó, sin mirarla - ¿Qué hemos dicho, Zulemita? No me hables, no me mires, no respires cerca de mí – exclamó, incorporándose, un poco más relajada – Al menos no hasta que se me pase esta horrible indigestión – añadió con dramatismo, haciéndole saber que ya no estaba tan enfadada como antes.

Se sentó de nuevo sobre la cama y enterró su rostro entre sus manos. La calma que sintió en ese momento le duró poco, pues la concejala entró en la celda hecha un basilisco, empujando a Zulema contra la pared. Anastasia se puso en pie de un salto y fue hacia ella, tirando de su cuerpo hacia atrás.

- ¿Estás loca, Mercedes? – exclamó - ¿Quieres que volemos por los aires?

La mujer la ignoró, encarándose a Zulema.

- Me hiciste creer que Akame había secuestrado a mi hija. Hija de puta.

- ¡Ah! – exclamó Anastasia, soltándola – Se descubrió el pastel – con resignación se volvió a sentar en la cama.

- Maldita Saray – susurró la mora – A ver, tranquila – se acercó a ella – Eras floja, tenías que aprender a manejarte aquí dentro. Como no hicieras algo ibas a estar muerta aquí dentro.

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora