LVIII | Discusiones

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- Hai una faccia orribile

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- Hai una faccia orribile.

- Buen dato te tiraste, amigo. Pena que nadie te preguntara – Anastasia no se encontraba precisamente con el humor adecuado para soportar las groserías de Paolo, quien disfrutaba enormemente de hacerla rabia en momentos como aquel.

Siguió haciéndole comentarios que la rusa ignoró deliberadamente mientras ocupaba su lugar en la mesa, justo al lado de Zulema y frente a Sophie. La primera de ellas clavó sus orbes verdes en ella, pero su mirada fue ignorada del mismo modo que las palabras de Paolo. Anastasia parecía encontrarse completamente perdida en sus pensamientos. No podía sacar de su mente la voz que había escuchado en el baño, y la sensación de que conocía a la dueña de la misma.

- Tierra llamando al piccolo grillo – la mano de Paolo se sacudió varias veces por delante del rostro de la morena hasta que esta reaccionó – Menos mal que te mueves – se inclinó hacia delante para mirarla más de cerca - ¿Has dormido mal?

- Un poco – reconoció en un susurro antes de bajar la vista para volver a clavarla en su café, bien oscuro, como a ella le gustaba. Jugueteó coon la cucharilla hasta que la mirada de Zulema fue demasiado intensa como para ignorarla - ¿Qué pasa, Zulemita?

- ¿Ha pasado algo en el baño? – susurró la pelinegra para que ambos hermanos, que se habían enfrascado en una inesperada discusión, no la escucharan.

- ¿A mí? – preguntó con su tono de máxima inocencia – Absolutamente nada, querida – cubrió sus labios con una falsa sonrisa que no resultó nada convincente – Simplemente me duele un poco la barriga.

Paolo, que había dejado de discutir con Sophie para prestar atención a la pareja, no dudó en aprovechar el momento para meterse una vez más con la rusa.

- Eso es por comer demasiado – interrumpió la conversación con tono burlón.

- Te vas a comer mi puño como sigas por ese camino, Paolo Berlini – gruñó la susodicha, lanzándole una mirada fugaz antes de clavar la vista de nuevo sobre Zulema – No me pasó nada, Zulemita, créeme.

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora