XLI | La huida

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Cuando Anastasia salió al patio y se encontró a Zulema y Saray sentadas la una al lado de la otra, se acercó a ellas con una brillante sonrisa

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Cuando Anastasia salió al patio y se encontró a Zulema y Saray sentadas la una al lado de la otra, se acercó a ellas con una brillante sonrisa.

- ¿Chip y Chop vuelven a ser amigas? – preguntó con sorna, sentándose a los pies de la gitana, que sacudió la cabeza con una sonrisa – Qué buena noticia – exclamó - ¿Qué me he perdido? – preguntó al ver la brillante mirada de la pelinegra.

- He conocido a Estrella – habló entonces la mora, sonriendo con satisfacción al ver la cara de indignación de la rusa.

- ¿Es una broma? – esta miró a Saray – Saray Vargas dime que es una broma – al ver que no respondía, un puchero se formó en sus labios – Gitana...

- Ay, ya Tassia, no me pongas esa cara – sacudió la mano – Me trajeron a Estrella cuando estabas con el coro – explicó – Para despedirme de ella. Yo... - la miró con cierta tristeza – He decidido darla en adopción. Se merece una buena vida.

Anastasia sonrió tiernamente ante las palabras de Saray, asintiendo en señal de que estaba totalmente de acuerdo con ella, antes de volver a mostrar su indignación.

- ¿Entonces Zulema ha estado con mi sobrina? – preguntó - ¿La has cogido en brazos?

La pelinegra asintió, y Tassia se dejó caer hacia atrás con exagerado dramatismo.

- La vida es tan injusta – exclamó – No me merezco esto. Yo – se señaló a sí misma – Su tía favorita, ¿me he quedado sin verla? – soltó un profundo suspiro – Esta es sin duda la peor noticia que podía recibir en el día de hoy.

- Algún día te la presentaré – Saray estiró el brazo para unir su mano con la de la rusa – Te lo prometo – sonrió hacia ella antes de alzar la mirada y ver que Tere la llamaba. Se puso en pie antes de despedirse – Nos vemos en el comedor.

Anastasia y Zulema se quedaron solas, y la primera de ellas se levantó para ocupar el lugar que la gitana había dejado libre segundos antes. Al principio ninguna de las dos dijo nada, pero terminó siendo la morena la que habló.

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora