{HISTORIA TERMINADA}
Aquella rusa que llegó a Cruz del Sur no era una presa cualquiera, y Zulema Zahir lo sabía bien.
Lo que no esperaba era que fuera a romper todos sus esquemas.
[Zulema por oc femenino]
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Sentada en el borde de la piscina, observó como el movimiento de sus pies dibujaban ondas en la misma. Las cosas habían cambiado mucho en esas últimas horas. Tras realizar las llamadas necesarias sólo le quedaba esperar a que su gente apareciera de un momento a otro.
Hacía ya un par de horas que no veía a Zulema, pero tampoco le dio mucha importancia. Ya se había acostumbrado a que esta hiciera lo que le diera la gana sin comentarlo con nadie.
Se dejó caer hacia atrás con los ojos cerrados. Tenía el presentimiento de que nada iba a salir bien, y su mente ya se estaba preparando para lo peor. Abrió los ojos levemente al sentir el cuerpo de alguien sentarse a su lado. Se encontró con los ojos de una niña, de unos 15 o 16 años, que la miraba con curiosidad.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – preguntó sin incorporarse, al ver que ella no decía nada.
- ¿Te dolieron? – preguntó la niña a su vez, señalando el brazo de la rusa, en señal de que estaba hablando de sus tatuajes.
- Algunos sí – respondió levemente, cerrando los ojos de nuevo al comprender que no era un peligro.
- ¿Por qué tienes tantos?
- Porque molan – respondió.
- Algunos no.
Esbozó una pequeña sonrisa antes de abrir un ojo de nuevo.
- ¿No te parece un poco arriesgado decirle a alguien que no conoces que sus tatuajes son una mierda? – preguntó entonces – Quiero decir... Podría ser una loca con un arma que no dudaría en pegarte un tiro – "y en parte lo soy", pensó con una pequeña sonrisa.
- Ya... - se encogió de hombros – Pero no lo eres. No tienes pinta de eso.
Una carcajada escapó de su garganta, y no tardó en incorporarse.
- ¿Y de qué tengo pinta?
- De buena persona – respondió sin dudar – Y de todas formas, no he dicho que tus tatuajes sean una mierda – se encogió de hombros – Simplemente hay algunos que no me gustan.
