LI | Acorraladas

1.3K 94 102
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- No toques - Anastasia golpeó con rapidez la mano de Zulema, cuyos dedos ya estaba cerca de rozar la herida de su brazo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- No toques - Anastasia golpeó con rapidez la mano de Zulema, cuyos dedos ya estaba cerca de rozar la herida de su brazo. 

- ¿Te duele? 

- Hombre, no sé Zulema, ¿si te pegaran un tiro te dolería? - la miró con incredulidad antes de incorporarse de la cama para empezar a vestirse - A veces haces unas preguntas tan tontas que me recuerdan a la mosca suicida. 

- ¡Eh! - la mora se puso en pie para situarse frente a ella - A mi no me insultes de ese modo. 

La morena bufó con diversión mientras sacudía la cabeza. Iba a decir algo más, pero el teléfono sonó, interrumpiéndola. Se sentó sobre el borde de la cama antes de contestar, y Zulema no tardó en ocupar un lugar a su lado, dispuesta a escuchar la conversación. 

- Es Víctor - susurró la rusa antes de responder - Hola, Víctor - saludó con el mejor de sus tonos. 

- Hola querida, ¿te molesto? 

- En absoluto - se mordió el labio levemente - ¿Sucede algo? 

- Te quería informar de que estoy cada vez más cerca de saber donde se esconden esas delincuentes de poca monta a - anunció, provocando que el cuerpo de ambas mujeres se tensionara - Sé que una de ellas está herida. Trataré de interceptarla en algún hospital, en el caso de que acuda. He enviado a toda mi gente a cada uno de los hospitales de la ciudad, y me gustaría pedirte que hicieras lo mismo. 

- Entiendo - murmuró. 

- ¿Ha ocurrido algo? - Víctor notaba algo raro en el tono de la rusa, como si esta no estuviera atenta a lo que le estaba contando. 

- Nada, Ramala - respondió finalmente - Enviaré a mi gente a los hospitales sin problema. Te mantendré informado. 

- Una vez más, gracias - su tono fue sincero - Espero que no sea demasiado tarde. 

- Yo también lo espero - respondió Tass antes de colgar. Dejó el teléfono a un lado y soltó un leve quejido. Se tumbó sobre la cama con una mano entre su pelo - Es demasiado tarde para todo - se quejó, fingiendo un puchero - Demasiado tarde para que esto salga bien - añadió. 

Prometiste quedarte {Zulema Zahir}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora