Capítulo 31

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Anna abrió los ojos con sorpresa mientras Alex tenía sus labios contra los de ella. Su primer impulso fue alejarse, mas algo le impidió hacerlo. Los labios de Alex eran algo nuevo para ella.

Cerró los ojos lentamente, le costaba mucho hacerlo, pero quería... no sabía que quería, pero tenía que ver con ese beso, de eso estaba muy segura.

—Ya era hora—dijo Axel, quien miraba desde lejos, al igual que los demás.

Elena sonreía, emocionada y Zack solo hizo una mueca.

—El amor es asqueroso—susurró y se ganó un golpe de Elena.

—Yo creo que el amor es algo lindo—dijo Reina contemplando con ilusión a Alex y Anna. Zack puso los ojos en blanco, pero no dijo nada más, en ocasiones los golpes de Elena dolían más que los de Anna.

Alex y Anna se miraban a los ojos. Ninguno decía nada, solo estaban en silencio, y cuando ella abrió la boca para decir algo él la interrumpió, antes de que salieran palabras que no quería escuchar.

—No digas nada—pidió—no necesitas decirme nada ahora. Hablaremos luego.

—Pero...

—Anna, aun es tu cumpleaños, hay que disfrutar de esta noche. Y luego hablaremos.

Anna se mordió las mejillas por dentro, quería decir y preguntarle tantas cosas, pero él no quería hablar en ese momento, quería que ella se divirtiera, y ¿cómo demonios iba a hacerlo con tantas dudas atormentándola?

—Está bien—accedió con resignación, y Alex sonrió en agradecimiento.

Él se puso de pie, y la ayudó a incorporarse, y con paso lento se acercaron a los chicos, que comían sándwiches, y cuando estuvieron ahí nadie dijo nada. Todos estaban envueltos en un incómodo silencio.

—Te preparé tu sándwich—dijo Elena, intentando romper aquel ambiente.

Anna sonrió y tomó el plato con el sándwich doble que le estaba entregando su amiga, aunque toda el hambre que había sentido ya no estaba ahí.

—¿Y bien?—preguntó Zack, observándolos, y sonriendo con picardía.

—¿Qué?—preguntó Alex, frunciendo el ceño.

—Ah, vamos, no se hagan los tontos—alzó las cejas de manera juguetona y... recibió otro golpe de Elena—¡Ouch! ¡Deja de hacer eso! Ni siquiera mi mamá me pega tan duro como tú.

—Pues no seas entrometido—replicó Elena—no necesitas responderle, Anna. Si no quieres que sepamos que sucede entre tú y Alex está bien, no tienes que decirnos—dijo con un tono que no sonaba muy convincente.

Anna entrecerró los ojos.

—Uff, me quitas un peso de encima, porque estaba intentando decirles absolutamente todo, pero no sabía cómo hacerlo, ahora que no estoy obligada, me siento mucho mejor.

—Tu sarcasmo me hiere—dijo Zack con fingida tristeza.

—Bueno, ya que nadie dirá nada, podemos hacer algo divertido—sugirió Axel—no sé, algo que no sea estar recargados en un carro, comiendo sándwiches como un grupo de nerds sin vida social.

—¿Qué quieres hacer Anna?—preguntó Reina—este es tu cumpleaños, haremos lo que quieras.

—Uhm, ya sé, podemos ir al parque de atracciones. ¿Qué dicen?

—Digo—dijo Axel, mientras revisaba su celular—que tienes que regresar a casa, porque William va en camino.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora