Capítulo 39

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Hola chicas! lo sé, lo sé...han pasado siglos, milenios. Pero no crean que lo hago a propósito, es solo que casi no tengo tiempo para escribir, y cuando tengo tiempo a veces no tengo muchas ganas.

En fin, muchas gracias por su paciencia.

Sobre el capítulo...digamos que no es un capítulo en sí, o sí. Es solo que no es la continuación del capítulo anterior, es algo que comencé a escribir y que no planeaba publicar, pero dije: porque no?

Así que aquí lo tienen, espero que disfruten leyendo tanto como yo disfruté escribiendo, a leer.

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Anastasia miró como toda esa gente extraña rodeaba a su madre. Todos le sonreían y felicitaban por la última película, que había sido todo un éxito, y a ella le decían lo linda y tierna que era, y le pellizcaban las mejillas, cosa que odiaba.

Anna, tan amable como siempre, daba las gracias, y no se iba del lugar hasta que finalizaran las preguntas, y Anastasia lo sabía y le molestaba, casi siempre llegaba tarde a todos lados.

—¡Mamá!—decía mientras jalaba el vestido de su madre—ya es tarde, la fiesta ya empezó.

Su madre se disculpó con las personas y explicó que la pequeña Anastasia tenía un compromiso. Nadie se quejó, se despidieron de la actriz y de la pequeña, le pidieron autógrafos y entrevistas para otra ocasión, y ella aceptó sin dudar, luego... se marchó, tomando de la mano a su hija.

—¿Estas enojada?—preguntó su madre al verla tan seria.

Anastasia no respondió, pero frunció el ceño, para que su madre supiera que la respuesta era un rotundo sí.

—¿Porque no podemos venir en el auto de papá? No me gusta caminar porque siempre hay gente rara que te habla de cosas...raras.

Anna rió y acarició el rostro de su hija.

—Lo siento. Te prometo que la próxima vez nos iremos en el auto, aun cuando la casa quede a solo una calle.

Caminaron un par de segundos más y llegaron a la casa. Había cerca de cincuenta niños, si no es que más, corriendo de un lado a otro en el patio.

Anastasia comenzó a saltar emocionada y se libró de la mano de su madre para ir corriendo hacia donde estaba su mejor amigo.

—¡Zack!

El niño rubio que tenía el cabello lleno de pintura verde vio a su amiga y la recibió lanzándole un globo de pintura roja que le ensució el vestido y le salpicó el rostro.

Anna vio la escena desde lejos y por un segundo creyó que su hija lloraría porque habían arruinado uno de sus vestidos favoritos, pero fue todo lo contrario, Anastasia soltó una carcajada y se lanzó sobre su amigo.

—Hola, Anna—la saludó el padre del festejado—Es todo un caos, ¿no crees?

—Para ser sincera me da un poco de miedo—respondió ella con una sonrisa—¿qué pasaría si un día todos estos niños deciden que son mucho más poderosos que los adultos y se revelan en nuestra contra?

—Apuesto que tu hija sería la líder de la rebelión.

—¡Estaríamos perdidos!

Ambos rieron ante la idea y comenzaron a caminar entre los niños que gritaban y corrían de un lado a otro como pequeños salvajes.

—Vamos, dentro están algunos padres. Te sorprenderá saber que hay más niñeras. Por cierto, me encantó tu última película, estuvo excelente, mi esposa lloró a mares cuando te asesinaron.

HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora