Capítulo 42

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Capítulo 42

Rápidamente bajó de la cama de Alex, corrió hacia la puerta y por el pasillo con una velocidad que no sabía que podía alcanzar.

—¿Qué pasa, papá?—gritó desde arriba, antes de que William se tomara la molestia de subir las escaleras.

—Baja, por favor.

Anna obedeció. Su corazón estaba incluso más acelerado que cuando estaba con Alex, cosa que creyó imposible. Cuando llegó al final de las escaleras vió a su padre.

Estaba justo frente a ella, con los brazos cruzados a la altura del pecho, justo como ella se temía que estuviera unas horas atrás.

—Creo que tenemos una conversación pendiente—dijo William, adoptando su mirada severa.

Anna, resignada, se sentó sobre el último escalón.

—Tengo que decir que no provoqué ningún daño permanente.

—Eso me consuela.

—Además, fuiste tú quien me enseñó a electrocutar personas—agregó.

—Yo te enseñé cómo revisar el cableado de la casa—se defendió su padre—. Tú usas mis enseñanzas para el mal.

—¿Vas a castigarme?—preguntó, dedicándole una de esas miradas de cachorro que siempre suavizaban los castigos que su padre imponía.

—Por supuesto. Tendrás suerte si Adam no te demanda.

—Está muy satisfecho con mi trabajo, no creo que haga nada—dijo muy segura de sus palabras.

William sonrió y se sentó a su lado, ella inmediatamente se recargó sobre su brazo y sintió como su padre le acariciaba la cabeza, como cuando era una niña.

—Estoy muy impresionado por todo lo que hicieron éstas vacaciones. También he revisado tus notas y ví que mejoraste.

—¡Siempre he tenido buenas notas!—replicó con indignación.

—Ya lo sé—se apresuró a decir William—pero esta vez estás en tercer lugar en el cuadro de honor, y antes ni siquiera entrabas en los primeros diez.

—¿Quien te dijo eso?—de pronto la voz de Anna adquirió una nota triste que no pasó desapercibida por su padre.

—Yo lo sé todo—respondió con altanería—¿Te entristece haber quedado en tercer lugar?

—No, realmente no tenía intención de quedar en el cuadro de honor. Lo que me entristece es que Stefan quedó en segundo lugar.

Su padre intentó disimular la risa.

—Te irá mejor en la universidad—le aseguró.

—¿Es un buen momento para decirte que no estudiaré la universidad y me dedicaré al modelaje?

De reojo Anna pudo captar el ceño fruncido de su padre y también le pareció escuchar que mascullaba una maldición entre dientes. No pudo evitar soltar una carcajada.

—Solo estoy bromeando. De hecho ya empecé a ver mis opciones para algunas universidades, pero me lo tomaré con calma.

William le dió una palmadita en la mano.

—Tendrás mucho tiempo para meditarlo mientras limpias la cocina esta noche... y el resto de las noches por los próximos dos meses.

Inmediatamente Anna se puso de pie.

—¡No es justo!

—Claro que no es justo, provocaste un caos en todo un edificio, mereces un mayor castigo, pero para tu buena suerte, tus ojos de cachorrito todavía surten efecto. Ahora ve a ponerte un delantal y a trabajar, Cenicienta.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2022 ⏰

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