Capítulo 11

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Capítulo 11

—Sabes que es mejor si dejamos esto de lado Anna—decía Stefan con insistencia—te puedo hacer caer así como tú lo puedes hacer conmigo.

—¿Quieres saber cuál caída sería la más dolorosa, Stefan?—preguntó ella.

—Los dos caeríamos igual, puedo hacerte llorar con cosas tan fáciles como cambiar un simple vestido, y lo sabes.

Ella bufó. Él tenía razón, pero simplemente no se explicaba porque le gustaba tanto molestarlo, tal vez era la costumbre, desde que habían hecho la apuesta molestarlo era su pasatiempo favorito y no quería dejar de hacerlo.

—Me gusta molestarte—admitió Anna.

—Si no te conociera creería que te estas enamorando de mi—se burló Stefan.

—Me gustas, pero no estoy enamorada de ti.

Stefan se quedó callado, y la observó, alzando una ceja. No creía haber escuchado aquellas palabras porque ciertamente nunca pensó escucharlas en verdad.

—¿Qué?—preguntó incrédulo.

—Oh, lo siento cariño, no hay repetición.

—¿En verdad te gusto?

—Un poco, nada que no se me pase en unos días, si no es que en una hora—respondió alzando los hombros sin darle mucha importancia al asunto.

—¿Y quieres salir conmigo? En una cita de verdad, digo, se supone que salimos, ya somos portada de algunas revistas así que... podríamos... no sé, hacer algo hoy.

Ella sonrió, Stefan se comportaba de una manera muy torpe cuando se ponía nervioso y eso le causaba mucha gracia y le encantaba al mismo tiempo.

—El sábado, pasa por mí a las 6—dijo Anna al tiempo que se ponía de pie y abandonaba el patio.

Stefan sonrió, creía que por fin sus suplicas habían sido escuchadas, Anna y el tendrían una cita de verdad, la primera no contaba porque Anna solo había ido creyendo que Stefan trataría de jugarle una clase de broma.

Feliz y sintiéndose grande por obtener un "me gustas" de una de las chicas más linda del colegio, caminó hacia el salón donde probablemente ya estaba dando la clase el profesor, pero poco le importaba, en ese momento se sentía como alguien completamente diferente.

***

Anna hablaba y hablaba, no dejaba de hacerlo y Elena simplemente asentía sin escuchar una sola palabra de lo que su amiga decía, y cuando comenzó a prestarle atención simplemente deseó no haberlo hecho porque no hacía más que hablar de Stefan.

—Creo que estoy embarazada—habló Elena de pronto.

Anna se obligó a dejar de hablar y se dedicó observar a su amiga, segundos después soltó una carcajada.

—Bien, si querías que me callara solo me lo hubieras pedido.

—Sí, quería que te callaras, pero no es broma—dijo su amiga con una seriedad que era extraña en ella.

—Oh, vamos Elena, no me juegues esas bromas, no son divertidas—pidió.

—Anna, no es broma, no estoy segura, pero puede ser.

—¡Dios! Que idiota eres, Elena—gritó Anna golpeando su frente con la palma de su mano—¿Sabes lo que son preservativos?

—Ya lo sé Anna, no me regañes. Ya me reproche lo suficiente, no sabes cómo me siento, tengo que sacarme ésta duda cuanto antes, en verdad espero no estarlo porque...

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