Capítulo 3

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Capítulo 3

El día siguiente se levantó lista para comenzar las clases de nuevo, había pasado solo un fin de semana y ella llegaría al colegio con la novedad de sus hermanastros, solo esperaba que no se metiesen en sus asuntos porque ahí si que los pondría en su lugar.

Bajó lista, con el uniforme puesto y su bolso con algunas cosas, aunque la mayoría poco tenían que ver con el colegio. Su padre ya se había retirado y con él se había ido Demetria, la cual no quería estar en casa para no molestar a su hijastra. Después del desayuno se dirigía a la puerta para salir y justo recibió una llamada de Zack.

—Hola, amor—dijo el con su tono seductor.

Ella sonrió.

—¿Qué hay torpe?

—Pues...

—¡Hola!—interrumpió la voz chillona de Elena.

—Ya voy...

—¡Vamos!—volvió a interrumpir Elena.

—Vamos al colegio ¿Quieres que pase por ti?

—Si llegas en tres minutos, en lo que salgo de casa y camino a la puerta, si no me iré en mi auto.

Zack lo tomó como un reto, conducir velozmente era su especialidad, no cortó la llamada y siguió conduciendo, la casa de Anna estaba a quince minutos de ellos pero podía llegar a tiempo si ignoraba las luces de los semáforos.

Anna podía escuchar los gritos de Elena muy claramente.

—¡Ya basta, Zack, frena! ¡Nos vas a matar!—gritaba la chica y Anna, de solo imaginarse el rostro de Elena, se moría de risa, estaba segura de que Zack llegaría a tiempo, después de todo él amaba los retos.

Justo cuando llegaba al portón Zack frenaba frente a su casa y Elena quería bajar del auto cuanto antes.

—¡Estás loco!—gritaba Elena mientras arreglaba su castaño cabello que fue despeinado por el viento, rápidamente se bajó del convertible y se aferró a su amiga la cual reía—casi me mata el idiota.

—Ve el lado bueno—dijo Zack—no hubieses muerto virgen.

Anna rio e hizo que Elena entrase de nuevo al auto.

—Se supone que nos tenemos que ir juntos—dijo Axel, quien vestía con el uniforme. Justo después de él llegó Alex que vestía igual, la única diferencia entre ellos era que a Alex lo acompañaba una cara de pocos amigos.

—Puedes venir con nosotros, si quieres—le dijo Anna—tu no—señaló a Alex.

Axel saludó a los chicos y Elena quedó encantada, sin duda el simpático era Axel.

—¿Puedo conducir?—preguntó Axel esperanzado.

Zack resopló.

—¿Estás loco? Nadie más conduce este bebé lo siento.

—Oh, vamos, solo esta vez, cuando me entreguen el mío te dejaré conducirlo.

—¿Qué modelo es?

—Es un mercedes último modelo—contestó con una amplia sonris, Zack lo pensó unos segundos, según su padre él tendría un auto nuevo al finalizar el mes, pero con sus malas notas veía eso muy lejos así que accedió.

—Vamos sube—le dijo Zack a Alex ignorando las quejas de su amiga.

El chico subió y Axel comenzó a conducir con una velocidad increíble, Elena iba en el asiento del copiloto, Zack, Anna y Alex estaban atrás. Anna disfrutaba la velocidad así que se puso de pie en el auto y dejó que el viento golpease su rostro mientras gritaba a los cuatro vientos. En un semáforo en rojo se detuvieron y ella se sentó en la parte de arriba. Un auto que iba a un lado de ellos hizo sonar el claxon para que volteasen.

HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora