Capítulo 37

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Hola chicas!!!! Tanto tiempo sin leernos! Lo siento tanto, se que debo de actualizar mas seguido, y no crean que no lo intento, es solo que en ocasiones no tengo tiempo ni ganas de escribir, y deben entender que no puedo forzarme porque si no las cosas no van a salir como deben, espero que me comprendan, no lo hago a propósito.

Otra cosa, estoy trabajando en una nueva historia, si, si, aun no termino esta y ya estoy escribiendo otra! Bueno, me gustaría saber si alguna de ustedes estaría dispuesta a hacer la portada, si hay alguna interesada puede enviarme un mensaje y le daré algunos datos.

Bueno...Este capitulo va dedicado para @angiielomar, no te lo pude dedicar en tu cumpleaños pero aquí esta hoy.

Gracias a todas por sus votos y comentarios, saben que lo aprecio muchísimo, son las mejores.

Ahora si, a leer chicas...

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Anna sintió que se le escapaba el aire, intentó abrir la boca para inventar una excusa, pero las palabras no salían. Alex le dedicó una mirada imperturbable a Adam.

—Yo...—comenzó Anna.

Adam alzó una mano, interrumpiéndola.

—No es necesario que me expliques nada—dijo con una leve sonrisa asomando.

Anna no pudo evitar sentirse más nerviosa, y cuando Adam dio media vuelta y salió ella estaba dispuesta a ir tras él, para suplicarle que no dijera nada, pero Alex la detuvo, tomándola por los hombros.

—Yo me encargó de esto—le dijo—ya te encargaste de Stefan, déjame esto a mí.

Alex se fue tras Adam, y ella se quedó ahí en la cocina, mordiéndose las uñas y caminando de un lado a otro, como un león en su jaula.

¿Qué demonios estaba haciendo ese hombre en casa de Elena? ¿Porque siempre aparecía tan de repente? Nada de eso importaba, estaba oficialmente jodida, lo supo desde el momento en que vio la sonrisa de Adam.

Salió de la cocina, y se dirigió a la sala, donde se encontró con Alex mirando de manera amenazante a Adam, ambos estaban muy cerca y parecía que Alex lo golpearía en cualquier segundo.

—Lamento decirte—comenzó Adam, con ese tono de voz impasible—que las amenazas no funcionan conmigo.

Carlos entró a la sala, y Alex se alejó de Adam.

—Hola, chicos—los saludó—Adam ¿te quedarás a cenar?

—Me encantaría, pero tengo varios pendientes. Nos veremos después. Buenas tardes. Adiós, Anna.

El hombre caminó hacia la puerta y cuando Anna lo perdió de vista subió corriendo a la habitación de huéspedes. Alex corrió tras ella, mientras Carlos se dirigía al patio trasero, donde se encontraban los demás.

—¡Anna!—gritó Alex—espera.

Ella no hizo caso, entró a la habitación y cuando quiso cerrar la puerta no pudo, porque Alex la empujó con fuerza.

—Déjame sola—pidió ella.

—No.

—¡Vete!—gritó—No quiero hablar ahora.

—No me importa—entró y cerró la puerta tras el—Anna, no puedes hacer berrinches, no tienes 5 años.

—No estoy haciendo berrinches, ¡quiero estar sola!

—¡Ese idiota no va a decir nada!

Se acercó a ella e intentó abrazarla, pero ella Lo empujó.

—Dime que no lo amenazaste—pidió en voz baja, mirando suplicante a su hermanastro.

HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora