Capítulo 38 (Parte 1)

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—Anna está...—comenzó Adam.

—Papá no...

—No interrumpas, Anna—pidió William.

—Anna está aquí para participar en el proyecto de Jóvenes Trabajadores.

William reprimió una risa, Anna lo observó entrecerrando los ojos, y se preguntó de qué proyecto estaba hablando Adam.

—Lo lamento, Adam, pero si Anna quiere estar en el proyecto es porque definitivamente esta tramando algo.

—Realmente lo dudo—dijo él—se ha mostrado bastante interesada, y los demás también quieren participar en él. Acepté solo considerando que atraerán a otros jóvenes, y quizá entre ellos encontremos las mentes brillantes que estamos buscando.

—Sí, papá—comenzó Anna, con la más inocente de sus sonrisas—perspectivas nuevas es lo que ustedes, par de ancianos, necesitan.

—Me estás diciendo que no planeas nada contra Adam, Stefan o Luca.

—Por favor, papá, tengo mejores cosas que hacer.

No era como si realmente le interesara participar en un proyecto del que nunca había escuchado, simplemente fingía para que su padre creyera que así era. Por un momento había pensado que Adam le diría lo que había visto en la cocina, ahora que sabía que no era así...bueno, tenía que fingir que estaba ahí para hablar del proyecto. Aunque lo único que realmente quería era que todo terminara de una buena vez.

William suspiró.

—Muy bien—dijo después de largos segundos de silencio—dejaré que participes en el proyecto—Anna sonrió, en el fondo estaba feliz de que su padre mostrara confianza en ella—estoy orgulloso de ti, Anna. Jamás creí que serías capaz de sacrificar unas vacaciones.

—¿Sacrificar...vacaciones?—repitió ella en un susurro inaudible para William, pero no para Adam, quien mostraba una diminuta sonrisa de satisfacción.

—Bueno, aquí no hay más asuntos para ti, hija. Ve a casa.

...

—O sea que—comenzó a hablar Zack, notablemente molesto, mientras subía los pies a la mesita frente a él—acabas de privarnos a todos de unas merecidas y magnificas vacaciones.

—Que buen resumen—masculló Axel, tomando asiento al lado de Elena.

—Adiós a nuestros planes—dijo Elena, con resignación.

—Buen trabajo, Anna, de verdad. Lo que más deseaba estas vacaciones era pasarlas trabajando para un sujeto como el imbécil de Adam. Gracias, de corazón—dijo el rubio con todo el sarcasmo del mundo.

Anna puso los ojos en blanco y se dejó caer en el espacio vacío que quedaba al lado de Alex.

—No fue mi culpa—se excusó ella—todo fue planeado por el tonto de Adam. Mi padre llegó de pronto y Adam comenzó a hablar del proyecto. Yo entré en modo automático y el resto ya lo saben.

—Ya, dejen de molestar a mi chica—ordenó Alex al tiempo que la rodeaba con los brazos para darle un abrazo reconfortante.

—Oh, vamos, no puede ser tan malo—dijo Reina—suena interesante, y puede que sea divertido, y nos será muy útil en el futuro. Recuerden que no viviremos para siempre de nuestros padres.

—¡Exacto!—gritó Anna, feliz de que alguien se pusiera de su lado—es lo que yo digo. Esto nos va a servir mucho. Zack, no me digas que piensas depender todo el tiempo de tu madre.

—De mi padre, de hecho—respondió con una sonrisa cínica.

—Además—continuó Anna—la de mi padre y Adam no son las únicas empresas que se verán involucradas, también está Carlos, y por lo que sé es probable que tu mamá también se una a este proyecto.

HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora