Capítulo 36

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Anna se tensó cuando escuchó las palabras de Alex.

¿Qué se suponía que tenía que decir ella? «También te amo»

Hizo una mueca de repulsión en su mente, jamás había dicho esas palabras y no quería decirlas por obligación.

—Respira, Anna—dijo Alex y soltó una carcajada—no espero que me digas que me amas tan pronto.

—Gracias—susurró ella, sintiéndose culpable por sentir cierto alivio, y le dio un pequeño beso—¿me amas porque me disculpé con Demetria?

—No—respondió él—no me preguntes el porqué, simplemente te amo.

—Vaya, si estás enamorado de mí, Alex. ¿Qué pasará cuando esto acabe? Cuando alguien se dé cuenta y mi padre ponga el grito en el cielo. Quizá mañana todos sepan de nosotros, Stefan...

—Anna—interrumpió Alex—si Stefan quiere decir algo que lo haga, si tu padre quiere separarnos que lo intente. Yo no tengo miedo de nada, si guardo silencio es porque eso es lo que tú quieres.

—Dios, ¿Cómo es que estamos metidos en esta situación?—preguntó ella, frustrada.

Alex alzó los hombros, despreocupado, le dio un beso y bajó de la Cama.

—Buenas noches.

—Descansa.

...

Anna salió de su habitación a toda prisa. William y Demetria ya estaban en la mesa, desayunando y cuando se acercó a ellos lo primero que hizo fue quitarle a su padre el periódico y comenzar a revisar página por página.

—¿Buscas algo en especial?—preguntó William, molesto porque Anna interrumpió su lectura.

—Solo...estoy viendo—respondió Anna con una sonrisa.

No había nada de ella en la sección de espectáculos, tomó las revistas de Demetria y las revisó de igual manera, y nada.

Suspiró aliviada y se sintió muy satisfecha al ver que Stefan no había hecho público aquello que sabía.

William alzó una ceja al escuchar el suspiro de su hija, pero decidió no preguntar ni decir nada.

...

Al bajar del auto esperaba que todos la mirasen y la señalaran o que susurraran a sus espaldas, pero no fue así. La miraban, pero como lo hacían normalmente, y no había rumores ni murmullos.

—Hola—la saludó Zack cuando caminaba por el patio—¿todo bien?

Ella asintió.

—¿Dónde está Elena?

—No sé—respondió alzando los hombros con indiferencia—¿para que la necesitas?

Anna frunció el ceño.

—¿Como que para que la necesito? Es mi mejor amiga, quiero saber dónde está.

—Tranquila, cariño, solo era una pregunta. Dios, te hace falta un novio.

—Oh, cierra la boca. A ti te hace falta una novia.

Zack hizo una mueca.

—Anna, sabes que no tengo "novias".

—Zack, creo que deberías. Creí que estabas saliendo con Reina, y aunque me opongo por completo creo que ustedes dos hacen una pareja muy linda.

—Salimos un par de veces, nada más. Eso no quiere decir que somos pareja.

Anna hizo un puchero y miró a Zack a los ojos.

—Pobre Zack—dijo al tiempo que le pellizcaba una mejilla—no sabe lo que quiere.

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