Capítulo 22

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-¿¡ Estás loco!? - Le grito
cuando estamos dentro de su auto resguardados del enjambre de periodistas que se nos echó encima nada más salir de la dichosa fiesta.

- ¡Arranca!- Ordena a su chofer luego me mira.

- No, pero desde que estoy contigo me estoy cuestionando seriamente mi juicio. Me haces cometer las peores de las locuras.

Las llamas marrones en sus ojos podrían quemar mi alma.

-¿Cómo puedes ser tan cínico? No tienes ningún derecho a hacer esto.

-¿Qué no tengo ningún derecho?

Sus palabras tan bajas como una caricia mortal.

-Si tenías alguno sobre mí lo perdiste hace semanas cuando dejé de saber de tí.

Intento separarme de el pero me sujeta por la barbilla, un movimiento demasiado rápido para ser detectado.

- A lo mejor estaba esperando que por una vez fueras tú la que me buscaras. No te eché, tú te fuiste como siempre ¿no Mariana? es lo que haces todo el tiempo, huir de mi.

Podría haber jurado que el dolor brilló en sus ojos
por un momento casi imperceptible.

- No estaba huyendo y te lo dejé claro en el segundo mensaje que te envié al cual no respondiste. Pero eso da igual ya.

La conversación que escuché entre la tal Beatrice y Giovanna aún está latente en mi mente. Una intensa
rabia viene mí en una ola tan poderosa que no queda ningún pensamiento en mi cabeza, solo la ira. Una fuerte y asfixiante ira hacia el hombre que tengo delante.

- ¿Cómo que da igual?
Su rostro duro como la piedra.

- ¿Quién es Beatrice?

- Lanzo la pregunta directa, sin rodeos. Sus ojos se reducen a rendijas y todo su cuerpo se tensa.

- ¿Dónde has escuchado ese nombre Mariana? - Su interrogante viene cargada
con una ocasional y aterradora calma.

-¿Acaso importa? ¿Estuviste con ella estos días verdad?

- Sí, estuve con ella pero no de la manera que piensas.

Un inmenso nudo de celos se retuerce en mi estómago.

- Mi jefe de seguridad finalmente descubrió que fue la persona que te envió aquel desagradable arreglo floral. Fui a informarle lo que sucedería si vuelve a cruzarse en tú camino, en nuestra camino.

- Y ya que estabas por ahí te la follaste.

Nada, ningún gesto estupefacción, ni muestra de nerviosismo. La expresión de Massimo era simplemente una máscara de calma.
Tragué duro, mi corazón resonando. El se inclinó más cerca, tan cerca que prácticamente podía beberme su aliento.

- Ahora mismo me vas a decir de dónde sacaste semejante tontería y de paso que sabes de Beatrice y como lo sabes.

No se mueve, solo me observa con una tranquilidad de acero.

- Estaba en la fiesta - digo sin apartar mis ojos de los suyos

- Y lo que sé de esta mujer ha sido producto de la casualidad. Iba hacia el baño cuando la escuché discutir con Giovanna se peleaban por tí - Sonrío amargamente.

- Beatrice le dijo que habían pasado todos estos días juntos y que había regresado a Roma para recuperarte.

-Niega con la cabeza una y otra vez.

- Estaba en Dubai por negocios Mariana. Pasé por Francia que es donde vive Beatrice ahora. Fui a hacerle una visita para recordarle a quien se estaba enfrentado. Cumplí mi cometido y me marché, no hubo nada más porque no me interesa que haya nada más.

 Bajo Fuego ® (Primer libro de la trilogía Collision)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora