Capítulo 15

693 63 6
                                    

     Llego a casa y me meto en la bañera por un largo tiempo, un buen baño siempre logra disminuir la tensión en mí.  Ahora mismo tenía mucho de eso, Massimo Salvatore me había sacado de mis cabales, nadie mejor que yo sabía que lo de nosotros era solo sexo ¿Pero tratarme así?
«Mi relación con Giovanna no es asunto tuyo»

     No sólo fueron las palabras, sino  el modo en el que lo dijo, la forma  en que me miró, como si ella fuese su tesoro más preciado y yo solo un pedazo de carne que no era digna de mencionar el nombre de la princesa. Una más de las tantas con la que se ha acostado, estaba equivocando completamente. Una de las cosas que más detesto en esta vida es ser tratada como una cualquiera   o ser menospreciada, siempre he tenido mi dignidad como bandera y no iba a cambiar eso por él ni por nadie. En la vida me han pasado muchas cosas y me han sido quitadas muchas otras, pero al final  del camino siempre  me  enorgullece  decir he pasado de todo, pero conservo la dignidad. 
Decido salir de la bañera antes de terminar arrugada como una pasa, luego de sacarme me coloco mi pijama y me meto en la cama con la firme convicción de no dejar que lo que pasó me afecte. Tengo que seguir adelante.

     Al día siguiente en el  restaurante  luego de saludar al personal me voy directo a mi despacho. Tengo un montón de papeleo que hacer antes de sumergirme en el ritmo frenético de la cocina. Hoy quiero también realizar una reunión de equipo, hay unos cuantos temas que quiero revisar con los trabajadores aunque todo está saliendo bien hasta ahora,  tenemos áreas que necesitan potenciación. Cuando abres un restaurante es muy común pasar por alto el diseño funcional de tu cocina, y no es hasta que te topas con un gran cuello de botella, algo que casi nos pasó hace dos días  que te das cuenta que el flujo y las áreas de tu cocina no estaban planeadas para un funcionamiento más  eficiente. Estamos teniendo mucha afluencia de clientes por lo que el orden es básico para que todo fluya correctamente. De camino a mi oficina me encuentro con Angelo y le pido que me acompañe porque antes de la reunión con los demás me gustaría discutir algunas cosas con él.

— Siéntate por favor— Le pido cuando entramos.

     Angelo lo hace dándome las gracias.

—¿Todo bien por casa?

     Es una pregunta de cortesía para romper el hielo y poder llegar a conocerlo un poco más. Quiero crear un ambiente laboral agrable,  Angelo ha demostrado ser un excelente profesional  y eso me gusta, pero no socializa  con los demás, he notado que mucho de los trabajadores se cortan un poco a la hora de hacer cualquier broma a su alrededor. Proyecta  una imagen de antipático, pero en realidad yo creo  que es introvertido y necesito que los trabajadores vean que pueden llegar a él es él segundo al mando.

   — Por casa todo bien gracias a Dios, aunque  me gustaría hablar contigo de algo pero me da un poco de vergüenza.  No quiero que pienses que estoy siendo un aprovechando.

— ¿Por qué pensaría algo así? Si necesitas algo o tienes algún problema y está en mis manos ayudarte con mucho gusto lo haré, somos compañeros.  ¿De qué se trata?

     Lo veo indeciso y preocupado, de hecho últimamente le he visto mucho así y es eso precisamente lo que quiero romper. Soy del concepto de que estar sano es más que simplemente no estar enfermo, es experimentar un bienestar personal y relacional en los diversos ámbitos de nuestra vida. Como cada vez más tiempo de nuestra vida transcurre en el trabajo, quiero que todos los que trabajan conmigo  lo hagan en un entorno que no solo no les enferme, sino que les ayude a sentirte mejor y si está en mis manos que eso ocurra trataré de ayudar.

    — Pués... verás tengo una sobrina que es como mi hija en realidad. Tiene veintidós años, su padre que era mi hermano, murió cuando ella tenía quince años y desde entonces mi esposa y yo la acogimos en casa.

 Bajo Fuego ® (Primer libro de la trilogía Collision)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora