Bajo Fuego ® (Primer libro de la trilogía Collision)

Capítulo 26

La persona que acaba de entrar por la puerta no es otro que Massimo. Su presencia aquí me resulta rara, ya que el me había dicho que estaba de viaje.
Camina hacia mí con paso firme y me tomo de la mano.
- Tenemos que hablar.
Todos a nuestro alrededor fingen que están trabajando pero no es cierto. Siento sus miradas furtivas sobre nosotros.
- ¿Qué haces aquí? Creí que estabas de viaje.
No me gusta la forma en que me está mirando ahora mismo, es como si estuviera contemplándome por primera vez.
- Aquí no Mariana, vamos a tu despacho.
Me giro en busca de Angelo pero no lo veo Chiara se encuentra a unos pasos de nosotros mirando su teléfono como si se le fuera la vida en ello.
- Chiara - Ella levanta la mirada con rapidez.
- Si dime - Contesta.
- Necesito que busques a tu tío y le digas que se haga cargo, regreso enseguida.

De camino a mi despacho Massimo no pronuncia palabra alguna. Cuando entramos a la oficina se pasa la mano por el pelo en señal de frustración mete la mano en el bolsillo de sus pantalones y extrae su móvil. Lo veo buscar algo unos segundos y luego me lo muestra.
- ¿Me puedes explicar esto?
Lo que me muestra ya no me asombra, presentía desde el momento en que le vi en la puerta de mi cocina que su visita inesperada tendría que ver con esto.
Es la foto que me mostró Francesco Grimaldi yo en un biquini rojo con Kamal abrazándome y sonriendo.
- Debí contártelo desde el momento en que Francesco se presentó aquí amenazándome con publicarlo.
- ¿Entonces es cierto, te acostaste con el? ¿Fuiste amante de uno de los pocos amigos que tengo en este jodido mundo?
«Esperen ¿qué?»
- No entiendo Massimo.
Su rostro se vuelve pétreo.
- No entiendes- su voz es peligrosamente baja.
- Kamal Al Qasimi es uno de mis mejores amigos y mi socio Mariana, es esa persona que te comenté me a abrió las puertas en Dubai para que pudiera hacer mis negocios y ahora me entero de que tuvo una relación con mi mujer. No tienes idea de lo que estoy sintiendo ahora mismo. Imaginarte en sus brazos hace que me entren ganas de romper todo a mi alrededor me estoy volviendo loco a causa de los celos siento que estoy retrocediendo a un lugar de donde salí y que definitivamente no quiero volver.
Ha dicho tanto en tan solo segundos que estoy como perdida.
- Ya das por hecho que lo que dice ese periodista es cierto Massimo.
- No estoy dando nada por hecho, sino no estuviera aquí Mariana. Quiero que me cuentes tú la verdad, me he estado volviendo loco desde que me llegó esto. No puedo soportarlo. Es irracional lo sé.
- su mirada me traspasa.
- Lo más habitual cuando empiezas una relación de pareja, es que la persona a la que estás conociendo haya tenido previamente otras relaciones sentimentales. Todo el mundo tiene un pasado y yo mejor que nadie sabe eso, pero despiertas en mi un instinto de posesión que jamás he sentido por ninguna mujer y créeme ya me he sentido posesivo antes así que estoy familiarizado con el sentimiento. Imaginar que mi mejor amigo ha estado dentro de ti, que te ha tocado, besado tus labios... Me está quemando vivo.
Su mirada era glacial tanto que me dieron escalofríos.

- No ocurrió nada Massimo-digo mirándolo fijamente a los ojos.
- Conozco a Kamal porque iba mucho al restaurante en España. Siempre que visitaba el país pasaba a disfrutar de mi comida. Con el tiempo nos hicimos amigos, esa foto pertenece a un viaje que hice a Ibiza con Judit. Nos encontramos allí por casualidad, el nos invitó a su Yate, pasamos el día, luego nosotras volvimos a nuestro hotel y el seguiría con lo suyo no lo sé. Lo que si sé, es que nunca, escúchame bien, nunca, hubo nada entre nosotros.
Cojo aire despacio para intentar dominar mis

nervios, su mirada no varía se mantiene fría.
- ¿Entonces nunca intentó nada contigo, te invitó a salir o te tocó de alguna forma? - Hace la pregunta con una peligrosa calma.
Un enorme nudo atraviesa mi garganta impidiéndome tragar.

- Tu rostro lo dice todo Mariana.
- Sacude la cabeza de la lado a lado.
- No es mi culpa que estuviera encaprichado conmigo Massimo, y sí, intentó besarme pero no se lo permití.
Se le oscureció la mirada.
- Necesito alejarme un tiempo.-Se da la vuelta dándome la espalda y llevándose las manos a la cabeza.