Bajo Fuego ® (Primer libro de la trilogía Collision)

Capítulo 20

    — La gente en las redes sociales tienen comentarios estupendos sobre el restaurante y sobre todo se deshacen en halagos hacia tu comida.
—  Comenta Chiara desde  su mesa sin apartar la vista del ordenador.

—¿En serio?— contesto mientras reviso el menú de esta semana he agregado algunos platos  nuevos.

— Sí,  es genial. Te lo mereces. Eres muy talentosa.

   — Gracias Chiara, pero de la mano de de Silvano Rossi aprendí que el talento juega un pequeño papel. Es el trabajo en equipo el que desempeña un rol  importante. Aunque mi talento puede influir en la motivación de cada uno de los que trabajan conmigo. Es en el esfuerzo diario donde se crea el éxito. Soy muy afortunada por el equipo que tengo, un equipo del cuál tu también formas parte. Así que todos esos halagos también te pertenecen.

    — Muchas gracias.  Estoy muy contenta y agradecida con ello Mariana. ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Claro Chiara.

— ¿Cuándo decidiste que la cocina era lo tuyo? Es una profesión muy bonita, pero requiere de mucho  esfuerzo y una gran  creatividad. Ni en sueños podría crear un plato como los que tienes en ese menú. — Aparta la laptop a un lado y me mira expectante.

   — Me di cuenta bastante tarde en realidad. Comencé a tomarlo más en serio cuando me percaté de que al cocinar lo hacía con pasión. No por el simple hecho de hacerme algo de comer. Sino  porque lo disfrutaba y lo disfruto. Cuando me inscribí en la escuela de cocina, supe que estaba en el camino de algo especial. Fue amor a primera vista.

    — Vaya... eso es... inspirador ¿Sabes? siempre me he preguntado ¿cómo lo hace? todas esas recetas  tú, mi tío,  el mismo Silvano que es toda una eminencia en la cocina. Mi tío dice que no cocino mal, pero créeme que lo pongo en duda cuando lo veo cocinar a el  o a tí es todo un espectáculo.

   —La miro arqueando una ceja

   — ¿Me estás entrevistando por alguna casualidad? — pregunto en broma.

— Suelta una carcajada.

— Madre mía tal parece ¿eh? para nada es pura curiosidad.

    Dejo el bolígrafo que sostenía entre mis dedos sobre el buró y me acomodo en mi silla.

   —  Lo sé, tranquila. No voy a quejarme. El tema cocina me encanta. En primer lugar, ser chef  no es algo que se logra de la noche a la mañana. Es una profesión en constante formación que puede llevar hasta años si se pretende una especialización, y la experiencia siempre será uno de los aspectos más valorados. 

— Sí mi tío me explicó algo de eso. — Murmura

    — Hay que estudiar mucho — Prosigo.

   — Y tener una gran capacidad  para crear. Hasta ahora eso no ha sido un problema para mí, más que nada porque este mundo me apasiona. Cuando realizo una receta y pruebo el resultado final o sea el plato quiero sentir sabores fuertes, emociones, técnica perfecta y que se note un  respeto extremo por los productos que he utilizado. Soy muy exigente conmigo misma. El resto es cosa de todos los cocineros con los que trabajo. Tiene un gran mérito replicar cada plato y que llegue al comensal justo como lo concebí en mi mente.

— Claro — Asiente despacio.

     Tocan a la puerta y el picaporte se mueve sin esperar respuesta de parte nuestra. El bello y masculino rostro de Massimo asoma dejándome paralizada.

«Lo de mantener nuestra relación en secreto al parecer se quedó en pura palabrería»

    Chiara lo mira como si se le fueran a salir los ojos. Apuesto que haciéndose la a misma pregunta que yo. ¿ Que está haciendo aquí Massimo Salvatore?
Entra al despacho imponente como siempre. Con un traje negro de tres piezas. Trae una carpeta azul en su mano derecha.