¿Te besaste con Cody o qué? – pregunto por décima vez Carly mientras esperábamos en la fila para almorzar.
No – murmure ya molesta.
No le podía decir que Cody es gay. Lo más probable es que él quiera decirle y yo no debería entrometerme en los asuntos de él. O quizás solo quería mantenerlo en secreto.
Estuviste casi una hora ahí dentro – dijo refiriéndose al armario.
Fueron como seis minutos, no exageres – respondí mirando con asco la comida.
Solo queda un mes Kicks, me dijo a mí misma.
Solo un mes y no tendrás que pasar por esto otra vez.
Carly me guio hacia una mesa donde se encontraba Ryan con otro chico rubio.
Hola bebe – ronroneo Carly llegando hacia Ryan.
De repente mi apetito había disminuido de un 0 a un -1.
Asqueroso – gimió bajo el otro chico.
Concuerdo contigo – reí por sus muecas.
Soy Chaz – dijo mirándome detenidamente.
Emma – le sonreí.
Oh no me digas que eres esa chica de la cual todo el instituto está hablando – abrió los ojos.
Si te refieres a algún armario, no paso absolutamente nada – respondí honestamente.
Te creo, se cómo son las fiestas de Mackenzi, la gente inventa muchas cosas – inmediatamente este chico me había caído bien.
Hablamos durante toda la hora de almuerzo, era eso o ver a unos muy cariñosos Carly y Ryan del otro lado.
¿Qué materia te toca ahora? – me pregunto mientras tomaba su bandeja y la mía para ir a dejarlas.
Laboratorio, tu? – esperaba no explotar algo o crear un ser mutante.
La misma – dijo mirando su teléfono - ¿Quieres que vayamos juntos? – me miro ahora.
Eso estaría bi- un grito me hizo saltar.
¡Chaz! – grito una voz conocida, dios, no por favor.
Bieber – asintió hacia él.
¿Podemos hablar un momento? – pregunto acercándose a nosotros.
Los dejo solos, te veo en el laboratorio – me acerque y bese la mejilla de Chaz, no quería darme vuelta y verlo, no necesitaba esto.
Camine al salón y espere a Chaz llegar pero eso no paso.
Me preguntaba si esto tenía que ver con Justin.
Mire la rana abierta que estaba frente a mis ojos y casi vomite, odiaba esta clase con toda mi vida.
De un momento a otro vi a la rana moverse asustada me aleje del mesón lentamente.
¿Realmente se movió o solo estoy alucinando?
Pasaron algunos segundos y la rana ya no se encontraba en mi mesa, había saltado fuera de ella y estaba moviéndose por el salón.
Solté un grito, ¿Acaso los profesores no se dan cuenta de si traen animales vivos?.
Definitivamente era la cosa más asquerosa que había visto, saltaba y se le caían los órganos o eso pensé por el estómago.
Faltaron algunos minutos para que los demás se dieran cuenta y comenzaran a gritar también, hasta que alguien la piso.
No soporte eso y tire de mi cuerpo directo hacia el baño.
Mientras iba hacia allá me encontré con un Chaz mirando hacia el piso, estaba afuera del baño de los hombres sentado en una banca que se encontraba allí.
¿Chaz? – pregunte confusa.
¿No se supone que deberías estar en el laboratorio? – pregunto molesto.
¿Desde cuándo había cambiado su humor hacia mí?
Lo mismo digo – me senté a su lado.
Esto tiene que ver con Justin, ¿no? – suspire cansada.
Yo no sabía que tú eras su chica – levanto su cabeza y me miro tenía un ojo morado.
Dios, ¿él te hizo esto? – grite enfadada y confundida.
Es mejor que nos mantengamos alejados – y fue lo último que dijo mientras se marchaba dejándome sola.
Pero... - el pareció no escucharme, pero si lo hizo solo me ignoro.
Justin.
Él tenía toda la culpa.
Maldito bastardo.
Camine hacia la salida y lo encontré, no fue tan difícil, estaba apoyado en su motocicleta mientras fumaba hablaba por teléfono.
Fruncí el ceño.
¿Por qué los profesores no le decían algo?
Simple.
Le temían.
Con esos tatuajes, la vestimenta, su mirada, la motocicleta.
¿Quién se acercaría a el?
Probablemente solo yo.
¡¿Qué mierda hiciste?! – exclame caminando hacia él, Justin me miro y sonrió, lo mataría.
Vi como colgó su teléfono y se acercó a mí.
¿A qué te refieres? – fingió inocencia.
¿Cómo pudiste golpearlo? – lo empuje con la fuerza que reuní, lo cual fue en vano, él se parecía al tronco de un árbol.
Yo no golpee a nadie, conejita – tiro de su cigarro hacia el piso.
Odiaba el olor a eso.
Lo vi con mis propios ojos, ¿Cómo te atreves? – Puse un dedo en su pecho – ¡y no me llames conejita!.
Se lo merecía, se estaba metiendo con mi propiedad Conejita – susurro sensualmente lo último en mi odio.
¡Yo no soy de tu propiedad! ¿Cómo puedes ser tan sinvergüenza? – le grite en el rostro.
Baja la voz Conejita, no creo que quieras que todos te escuchen – se masajeo los sienes.
Eres un imbécil – le dije, haciéndolo reír - ¿sabes qué? Me arrepiento del día en que tuvimos que hacer ese jodido trabajo, me arrepiento de haber caído en tus redes de mentiras, me arrepiento de todo el tiempo que perdí en ti, en nosotros.
Nunca digas eso, me escuchaste? – se acercó rápidamente hacia mí, haciendo que nuestros pechos chocaran. Su sonrisa se había esfumado y al parecer todo su humor.
Púdrete – me gire para ir hacia casa, no tenía ganas de estar más acá.
¡Hasta luego conejita! – lo escuche decir, me contuve para no ir a patearle las bolas.
Cuando iba caminando hacia la entrada de mi casa me di cuenta que habían caminos de mudanza al frente.
¿Papa? – grite mientras cerraba la puerta tras mí.
Oh ¿Emm? ¿No deberías estar en la escuela? – santa mierda.
Y-yo no me sentía bien – le grite devuelta.
Okay, ven a la cocina, quiero que conozcas a nuestros nuevos vecinos – dijo mientras lo escuchaba reírse de algo.
Nuevos vecinos, genial, solo eso me faltaba.
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Dulce Oscuridad ©
FanfictionEn el amor, como en todo, también existe la oscuridad; pero, ¿a quién mentimos? Una linda, dulce y cálida oscuridad. Obra registrada en Safe Creative.