La puerta de vidrio.

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Después de cortarle a Justin, llame a Carly y le conté todo lo que había pasado estos días en los cuales ella no había estado presente. Grito. Chillo. Y se rio como una maldita loca.

¿Cuándo volverás? – le pregunte, luego de que se calmara.

La próxima semana – respondió.

Nos vemos allí – hable con una sonrisa.

Claro, te quiero – y con eso corto.

Iba a llegar tarde a clases. Odiaba las mañanas y sobre todo levantarme temprano, si fuera por mi dormiría por siempre, pero por mi suerte no es posible. Ni sano creo.

Al llegar al estacionamiento vi una distintiva moto negra. Justin había venido. No sabía cómo sentirme con eso. Lo más probable es qué mandaría a todo su grupo contra mí y terminaría con la cabeza dentro de un retrete. Subí corriendo las escaleras y al abrir la puerta le pegue a alguien contra el vidrio.

Mierda, lo siento – dije mientras, le tendia una mano para que se parara.

Justin. Jodido dios. Había golpeado al chico mas temido del instituto con una puerta de vidrio.

Tierra si me amas ábrete y trágame, roge en silencio.

El acepto mi mano y maldecía en silencio. Debe haber visto mi cara llena de terror ya que suavizo su expresión pero después volvió con algo como reconocimiento.

Espera.. tu eres Emma, no? – pregunto encarnando una de sus cejas.

Si – murmure, avergonzada mientras jugaba con una pelusa que había en el piso.

Sentí como sus dedos me tomaban el mentón y me hacían levantar la mirada, estaba hipnotizada por sus ojos, eran hermoso, como chocolate y esos labios… oh dios.

Lentamente se acercó hacia mi oído lo mordisqueo y sentí como mis piernas flaqueaban. ¿Por qué tenía tanto impacto en mí?. Sentía su respiración en mi mejilla y lentamente hablo con voz ronca.

Nena, nunca digas nunca – se quitó de mí, abrió la puerta y salió. Dejándome confundida y con ganas de matarme por ser tan estúpida.

 Entre a clases todavía confundida y Adam me pregunto si me pasaba algo, sacudí la cabeza, el no necesitaba saber mi encuentro con Bieber. Mi mente estaba en otro lugar, no podía dejar de pensar en sus manos y ese olor… era como cigarrillos con algo dulce. Y ni hablar de esos labios, podría besarlos todo el día y nunca aburrirme.

Espere, que estoy hablando. Esto no me puede pasar a mí. No seré otra de las demás chicas.

Esto no es más que solo trabajo, nada más, necesitaba grabármelo en la cabeza.

Iras a la fiesta de este fin de semana? - me pregunto Adam por lo bajo, lo que me hizo salir de mis locos pensamientos.

Uhm.. No sé - realmente no quería ir sin Carly, éramos un pack unido.

 Deberías venir, te ayudaría a despejarte por algunas hora - prosiguió.

 Quizás podríamos ir juntos - hablo finalmente. Si y eso no pasaría.

Yo…Adam .. creo que es mejor – me irrumpió,

Ir como amigos – sonrió algo triste. No lo entendía, él había dejado claro, que era mejor ni salir más.

Uhm lo pensare – le dije mientras tomaba mi bolso y salía del salón.

Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora