Confundida.

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Cuando las risas habían cesado por parte de los dos, quedamos fundidos en un incómodo silencio.

¿Y ahora qué? – pregunte mirando hacia la calle donde transitaban varios autos.

Necesitamos hablar – dijo ahora serio cosa que me asusto, Justin nunca había sido de esas personas.

Me acomodo en la parte trasera de su motocicleta y me abrace a su cintura mientras sentía el aire chocar en mi cuello. Me fije en el camino, no era el que me llevaba a casa y eso extrañamente no me dio miedo. No le temía. Sabía que él era incapaz de hacerme algo, más bien me sentía protegida.

Llegamos – susurro en mi oído y me ayudo a bajar.

Estábamos frente a una cabaña, un lago adornaba todo el lugar.

Vamos – tomo mi mano y me guio hacía en muelle que se encontraba al centro del gran lago, cuando llegamos me ayudo a sentarme mientras observábamos el cielo. Espere que entablara un conversación pero los minutos pasaban y el seguía en silencio.

Así que... - tosí falsamente expectante a lo que venía.

Así que ¿me dirás de quien es el test de embarazo? – pregunto ahora encarnando una ceja.

Touché.

Pero antes prométeme que no le dirás a nadie – dije rápidamente – y cuando digo a nadie, es a ninguno ser vivo.

Es de Carly ¿cierto? – mi boca se abre ¿Cómo...? ¿Cuándo? ¿Y porque no dijo nada?.

T-tu ¿C-como sabes eso? – le pregunte.

Vamos Emma, ¿de quién más seria para que te importara tanto que lo mantuviera en secreto? – respondió con una sonrisa.

¿Por qué no estas corriendo a casa de Ryan a contárselo? – la pregunta salió antes que me diera cuenta de lo que decía.

Yo lo siento... - me disculpé.

Está bien. No es de mi incumbencia lo que pase en sus relaciones, además no creo que me reciba en su casa – agrego dejándome confundida.

¿Ustedes están algo así como enojados? – pregunte frunciendo el ceño.

Recuerdo escuchar varias veces en los pasillos del instituto decir que Justin Bieber nunca se peleaba con Ryan, su mejor amigo, ni por una chica.

Entonces ¿Qué habrá cambiando?.

He sido un gillipollas la mitad del tiempo estas últimas semanas – dijo riéndose irónicamente.

Tienes razón – me encogí de hombros, no podía defender algo que sabía que era cierto.

Se supone que esta es la parte donde tú dices "...No Justin, tú no has eres un gillipollas, eres un ángel y mi salvador..." para luego cerrar con un beso – bromeo haciendo que le golpeara el hombro.

Eres un idiota – reí.

Tu idiota – ahora dijo mirándome haciéndome sonrojar.

¿Qué hacías en mi casa? – pregunte evadiendo su comentario.

Eres tan linda cuando te sonrojas – dijo sonriendo.

Maldito bastardo.

No has respondido mi pregunte – le dije luego de soltar su mano y cruzarme de brazos.

Necesitaba, ya sabes, hablar de lo que paso entre tú y yo – explico torpemente.

¿Y...? – pregunte aun confundida.

¿Qué quería hablar?

Ese día cuando tu tocaste a mi puerta y te abrió Jessica – comenzó pero lo hice parar, lo menos que quería ahora era escuchar ese asqueroso nombre.

No quiero saberlo – murmure.

Necesitas saberlo todo – tomo aire y continuo – Ella esta embarazada.

Y ahí fue cuando la bomba cayó.

Y mi corazón se rompió.

¿Jessica estaba esperando un bebe? ¿Un bebe de Justin? De tan solo pensar que ese bebe será de Justin y de lo mucho que se va a parecer a él, también a él siendo papa, acariciando la panza de Jessica mientras susurra cosas confortantes en su oído, diciéndole que la ama.

Incontrolablemente un sollozo salió de mi garganta, antes de que pudiera apreciarlo estaba llorando.

Hey Emm, ¿Qué pasa? – pregunto confortantemente.

Me acaba de decir que sería padre y me preguntaba que me pasaba ¿Qué mierda tiene en la cabeza?

¿Q-que pasa? Jodido imbécil, ¿viniste a burlarte de mí? No me importa que vayas a tener un bebe – solté tratando de secarme las lágrimas con mi chaleco pero lo único que logre fue que se me corriera el rímel y de seguro parecía un payaso ahora mismo.

Y al parecer eso hizo que el comenzara a reír.

¿Qué es tan gracioso? – espete molesta cuando estaba a punto de pararme su mano me detuvo.

Emma él bebe no es mío, maldita sea – dijo frunciendo el ceño.

P-pero ¿T-tu y ella...? ¿Ustedes...no – hable entrecortadamente.

No – respondió casi dolido por mis suposiciones, pero que esperaba, él es quien tiene la reputación de mujeriego – No he follado con ninguna chica después de todo lo que paso entre nosotros y créeme lo intente varias veces, pero siempre aparecía tu jodido rostro y yo no sabía qué hacer y terminaba huyendo de cualquier contacto que no fuera el tuyo.

Su declaración me dejo helada.

¿Qué significa todo eso? – pregunte aún más confundida que al principio.

Significa que la jodi – murmuro mientras tiraba hebras de su cabello.

¿Por qué me dijiste eso en la cafetería? – lo mire.

Necesitaba pensar, todo esto con la llegada de Jessica, estaba confundido, no quería decir toda esa mierda – soltó mirándome arrepentido.

¿Y no era más fácil decirlo así que escupirme en la cara? – dije ahora enojada.

Oh vamos, ¡me aventaste café! – grito elevando sus brazos.

¿Qué esperabas? ¿Qué te pidiera permiso para hacerlo? – reí sin gracia.

Casi me quemo – se quejó.

Debería habértelo lanzado en la polla – y antes que continuara sus labios se situaban en los míos, por primera vez en días sentía la necesidad de dejarlos allí. Lentamente abrí mi boca para que su lengua entrara y diera paso dejándome en el cielo.

Al separarnos por falta de aire, note que mis manos habían llegado hacia su nuca y las de él estaban en mis mejillas, sin contar que estaba sobre su regazo.

Me debes una explicación – fue lo único que salió de mi boca.


Lo se nena, estoy aquí para eso – me sonrió acercándose nuevamente.


Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora