Cody.

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Desperté sintiendo una gran calor a la mañana siguiente, no sé si por el hecho que Justin me apretaba tan fuerte contra su pecho o porque los rayos del sol se traspasaban hacia mi cama.

Debería haber cerrado las cortinas la noche anterior.

Intente separarme de el pero lo único que logre fue que apretara más su agarre. Me di vuelta tratando de patearlo en sus partes y así me soltara pero quede en blanco cuando observe su rostro, lucia tan sereno, quería grabar esta imagen en mi mente.

Sus labios estaban entreabiertos, dándome unas incontrolables ganas de besarlos.

Deja de mirarme – murmuro somnolientamente Justin sin abrir sus ojos todavía. El maldito bastardo estaba despierto.

Entonces suéltame – gruñí molesta, no suelo ser agradable por las mañanas, con nadie.

Nunca – respondió ahora sonriendo.

Rodé los ojos mientras lo empuje logrando salir de la cama, camine hacia el baño y me di una rápida ducha para luego salir con solo una toalla a mi habitación, que por suerte Justin no se encontraba.

Tome unos shorts, debido al tiempo y una sudadera gris corta. Me puse mis converse blancas y me fui directo a la cocina.

Mi vista fue directa hacia la espalda desnuda de Justin y observe sus tatuajes, nunca me había detenido a mirarlos, eran cautivadores y extraños.

También debo agregar que solo usa sus boxers.

¿No deberías estar en tu casa? – pregunte mientras me sentaba en unos de los taburetes que habían allí.

Me gusta más la tuya – respondió sonriendo arrogantemente.

Me fije en la hora, once de la mañana, papa estaba en su trabajo probablemente y yo debería estar durmiendo, como cada sábado.

¿Qué cocinas? – lo interrogué intentando averiguar lo que hacía.

Lo cual fue en vano ya que evadió mi pregunta.

Saque mi teléfono y revise los mensajes de mis amigos.

De: La más perra Carly.

Solté una risa por su nombre, ella misma lo había elegido.

¡Tenemos que hablar! ¡Es urgente!

Frunciendo el ceño, rápidamente le conteste.

Para: La más perra Carly.

¿Estás bien? Quizás pueda quedarme hoy en tu casa :).

Recibí su respuesta rápidamente lo cual me extraño y me di cuenta que era algo importante lo que me iba a decir.

Me desplacé por los demás textos, los cuales eran uno de Ryan diciéndome que Cody había llegado bien a casa y que un “amigo” lo había traído.

Los otros diez eran de Cody ebrio contándome lo sexy que era batman y lo mucho qué quería que lo llevara a su Batmovil y le enseñara lo que había debajo de su ajustado traje.

Sentí el olor a tocino y mi vista se fue al plato que había enfrente de mí, eran hot cakes con forma de corazón, puse los ojos en blanco y huevos.

Mi estómago rugió solo con ver la comida lo cual hizo que Justin sonriera y negara con la cabeza.

Tarde menos de diez minutos en devorarme todo lo que se encontraba en mi plato y ahora tenía el café en una de mis manos, el desayuno no había sido incomodo como pensaba nos la pasamos riendo de lo que había ocurrido la noche anterior y el problema con el casco hizo que Justin se atragantara con el jugo, no mencione lo que me había dicho antes de dormir, aunque esas palabras seguían rondando en mi cabeza.

Si él me amaba, ¿Por qué me había mentido?

Quería pedirle una explicación pero no me salían las palabras y estaba segura que Jessica tenía que ver algo con esto.

Será mejor que yo me valla – dijo tratando de sonreír pero solo logro hacer una mueca – tengo que llevar a Jazzy al dentista – añadió.

Deberías colocarte ropa antes – dije mirándolo de arriba a abajo.

No pienses que me colocare ese traje incomodo nuevamente – murmuro.

¿Piensas irte solo con ropa interior? – pregunte elevando una ceja.

Si, a menos que tengas alguna objeción – dijo mirándome esperando una respuesta.

Creo que papa tiene un poco de ropa que te quede – respondí indicándole que me siguiera.

Después de que Justin se marchara me dedique a leer orgullo y prejuicio, ese libro me tenía completamente enamorada junto al señor Darcy. 

El timbre sonó interrumpiendo mi lectura, al abrir la puerta me lleve la sorpresa de ver a Cody parado junto a ella.

Hey – sonreí tratando de ser amable.

Hey, espero que no te hayas olvidado de nuestra salida hoy – respondió haciendo que me golpeara interiormente.

No, yo…te estaba esperando – mentí mientras sacaba la llave y tire de la puerta para que se cerrara.

El me guio hacia su auto, cuando ya estábamos dentro me atreví a preguntar hacia donde nos dirigíamos y el solo se limitó a responder con “es una sorpresa”.

Valla, ¿todos los chicos eran iguales?.

Me sorprendí cuando Cody apago el auto dejándonos parados en un puente, ¿acaso me iba a empujar? Con tan solo pensar eso, unos escalofríos me llenaron el cuerpo, el puente era bastante alto y mirar hacia abajo lo hacia todo peor.

Había un chico sosteniendo unas cuerdas y tenía dos cosas que parecían ser chalecos pero estaban formados por gruesas tiras.

¿Qué es esto? – le pregunte asustada.

Salto en benji – dijo tranquilo, mierda.

Debe estar loca si piensa que me tirare hacia el vacío.

El chico se acercó y se abrazó con Cody, al parecer eran amigos y comenzó a explicar este deporte extremo y bla bla bla.

Lo único que tenía en mente ahora es la altura en la cual nos encontrábamos del suelo.

Y que dices? – pregunto Cody sonando emocionado.

Ni en un millón de años – respondí rápidamente.

Oh vamos Emma, no me digas que le tienes miedo a las altura – comenzó a burlarse de mí en jodido imbécil.

¿Por qué no me había llevado a un lugar cliché como la playa o a comer pizza?

Y-yo… - tartamudeé al principio sin saber que decir – acepto.

Esperen, ¿había dicho que si?

Oh no, no. Me retracto.

Pero antes de que pudiera negarme ya tenía puesto sobre mí todos los implementos de seguridad al igual que Cody.

Al parecer nos lanzaríamos juntos.

Dulce Oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora