Recuerdos y objetos

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------ se levantó de su nueva cama, estiró sus brazos y soltó un leve bostezo.

------: mmm parece que Ciel debe estar ya trabajando en su despacho... tomaré un baño.

La joven salió de la habitación y entró a uno de los baños más cercanos, se quitó la pijama y contempló su espalda en el espejo, todo parecía normal excepto detrás de su hombro izquierdo; tenía una marca, un pentagrama de color azul, Ciel tenía también una idéntica pero detrás de su hombro derecho. Estiró su mano y ahora contempló su anillo de matrimonio, el anillo y la marca tenían un importante significado; la marca significaba que su alma y su vida pertenecían a Ciel y el anillo su compromiso matrimonial.

Se quitó el anillo, lo colocó sobre el lavamanos, abrió el grifo de agua de la bañera y cuando esta se llenó la chica se metió en la bañera y cerró sus ojos para relajarse.

Al terminar de bañarse tomó el anillo, se colocó la toalla y salió al pasillo para ir a su anterior habitación y buscar algo que ponerse, tuvo suerte los pasillos estaban vacíos, no tendría un momento vergonzoso.

Entró en su habitación, buscó ropa y zapatos y en menos de cinco minutos terminó.

Entró en su habitación, buscó ropa y zapatos y en menos de cinco minutos terminó

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Salió de la habitación, caminó y bajó las escaleras, en la puerta principal estaban Ciel y Sebastián con unas pequeñas maletas acompañados de los sirvientes y de los padres de ------

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Salió de la habitación, caminó y bajó las escaleras, en la puerta principal estaban Ciel y Sebastián con unas pequeñas maletas acompañados de los sirvientes y de los padres de ------.

Sebastián: oh, llegó justo a tiempo mi lady.

------: ¿que pasa? ¿por qué esas maletas?

Ciel: hay una persona que quiere hacer negocios conmigo pero no puede venir a Inglaterra así que Sebastián y yo iremos a Francia para hablar con él volvemos mañana, Finnian Mey-Rin y Bard los van a proteger si algo malo llega a pasar.

N/m: tengan cuidado.. sobre todo tú cabecita de mora.

Sin aviso la mujer adulta abrazó a Ciel fuertemente y dio un giro con él dejándolo un poco mareado pero disimulo.

Ciel: N/m ya le dije que no me llame "cabecita de mora" me hace sentir muy tonto.

La mujer acarició los cabellos de Ciel y le sonrió.

La esposa de un demonio | Ciel Phantomhive y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora