Pasado parte 16: el "amor" comienza

357 21 6
                                    

Pov ------

Ciel miró para todos los lados de la habitación, impactado por haber escuchado una voz femenina que le había dicho algo sobre nosotros.

Sebastián: ¿qué ocurre bocchan?

Ciel: acabo de oír a alguien decirme algo, era como la voz de una mujer, lo oí muy cerca de mí.

Sebastián: aquí no hay nadie, solo usted y yo... a menos de que se trate de un ser inmortal como yo, que esté aquí haciéndonos compañía.

Ciel: (sorprendido) ¿otro ser inmortal? ¿como cuál?

Sebastián: puede ser un demonio como yo, un shinigami o... un ser de luz, un ángel.

Ciel: (sorprendido) ¿un ángel? ¿aquí? si es así ¿por qué no lo has atacado?

Sebastián: (serio) puede ser que este tiene consigo un conjuro similar al que le puse a la señorita esa noche que usted fue a besarla por última vez, uno que hace que no podamos sentir su presencia.

Ciel: entonces por esta noche quédate aquí en mi habitación, no sabemos que intenciones tenga ese misterioso ser, si son malas voy a necesitar que me protejas, así que te ordeno que no salgas en toda la noche de esta habitación por nada.

Sebastián: (sonriendo) por supuesto bocchan, me quedaré aquí a velar su sueño.

Ciel: bien.

Por fortuna no sucedió nada malo con ellos en toda la noche.

Ya temprano en la mañana después de mi jornada laboral y de almorzar con mis padres, pedí permiso para ir al lago, Dominick y yo nos encontraríamos allí para ir a recoger manzanas y unas poquitas de nueces ya que su madre le quería hacer un postre con estas, le gustaban mucho a él.

Salí del pueblo y me adentré al mundo de la naturaleza, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en aquel hermoso lago azul... que lucía más hermoso al estar alguien muy especial sentado de espaldas allí esperándome.

Hice que mis pasos fueran más lentos y le cubrí los ojos a Dominick.

Dominick: (sonriendo) ------.

------: (sonriendo) ¿me quieres?

Dominick: (sonriendo) sabes que sí, demasiado.

Separé mis manos de su rostro para ahora rodearlo de el torso y abrazarlo por la espalda, él enseguida se volteó hacia mí, extendió los brazos y ya nos estábamos abrazando los dos.

Dominick: (sonriendo) por supuesto no me olvidé de lo importante.

Me mostró la canasta en la que íbamos a echar las frutas, no la había visto por estar atenta a él.

------: (sonriendo) grandioso, vamos entonces por estas.

Nos levantamos al mismo tiempo, caminos por el lugar hasta que para nuestra buena suerte había un árbol con manzanas ya maduras y justo a un lado de este había uno de nueces.

Dominick: (sonriendo) anda sube.

Había doblado sus rodillas para que yo pudiera subir a su espalda, me entregó la canasta, subí hasta que me senté en sus hombros y después de tomarme muy bien de las piernas él se reincorporo.

Mientras agarraba manzanas y las iba poniendo en la canasta, recordé que faltaban pocos meses para el cumpleaños de Dominick, cumpliría once años.

La esposa de un demonio | Ciel Phantomhive y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora