El objetivo

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------: oh, al fin llegaste.

La chica se levantó de su cama al ver que el ángel masculino ingresó a su habitación, había tenido un antojo y se lo dijo a los ángeles, Giselle mandó a Ryan al pueblo a comprar el alimento, como demoró mucho ------ se recostó en la cama mientras lo esperaba.

Ryan: aquí está lo que pediste.

Como ya era costumbre el ángel arrojó la bolsa de papel en el suelo frente a la humana, ella se agachó con cuidado y sacó lo que se encontraba dentro; unas galletas de chispas con chocolate acompañadas con un pequeño pastel de limón, el ángel le ofreció un vaso de leche fresca a temperatura perfecta a la chica, ella lo tomó, mojó una galleta en ésta y se la comió, rápidamente agarró una rebanada de pastel y le dió una gran mordida que casi se terminaba toda.

Ryan: (sonriendo) te tenemos bien alimentada a ti y a ese monstruo y en este momento parece como si llevaran sin comer tres días.

Y tenía razón la chica se estaba devorando todo en solo segundos.

------: es un ansía, lo leí en uno de los libros que me dieron; cuando una mujer embarazada tiene un antojo al momento que tiene la comida enfrente no puede evitarlo y de inmediato se lanza a ésta.

Ryan: (sonriendo) como un depredador a su presa.. bien en lo que tú y tu monstruo desaparecen eso yo iré a hacer algo.

------: ¿qué harás?

Ryan: (sonriendo) tú eres la mejor para saber que los secretos no se cuentan.

El ángel salió de la habitación dejándola otra vez sola, ignoró lo último que le había dicho y siguió comiendo.

No sentía la presencia del otro ángel ahí, lo que significaba que había salido.

Ryan: (pensando) es mi oportunidad.

Subió las escaleras hasta llegar a esa habitación donde Giselle tenía ese misterioso maletín guardado.

Ryan: bien no creo que sea tan difícil, esa llave debió dejarla aquí por algún lugar.

Revisó cajones, dentro de papeles y movió algunos libros de la estantería hasta que finalmente encontró lo que buscaba al lado de un libro viejo lleno de polvo, tomó la llave y la insertó en el cajón donde estaba el maletín.

Ryan: (sonriendo) incluso en la amistad la curiosidad es más fuerte y no se respeta lo que se oculta.

Quitó el seguro, abrió el cajón y sacó el maletín.

Ryan: (sonriendo) bueno vamos a ver que "cosas" esconde mi querida Giselle aquí.

Quitó los seguros del maletín y lentamente lo fue abriendo hasta ver algo plateado.

Ryan: ¿qué..?

Cuando abrió por completo ese maletín esperaba ver fotografías o cosas que tuvieran que ver con la serpiente por el sentimiento obsesivo que tenía su amiga por él pero lo que vió lo dejó sin palabras por un momento, a pesar de ya no ser un ser puro quedó paralizado al ver esos objetos.

Cerró el maletín y sonrió de nuevo.

Ryan: (sonriendo) ahora lo entiendo todo.

Guardó el maletín en su lugar, cerró el cajón con llave, la dejó donde la agarró y se retiró de la habitación.

Pasó un mes de el secuestro de la condesa Phantomhive, los padres y el esposo estaban muy destrozados, los integrantes de la búsqueda querían renunciar, sin rastros de ella ya la daban por muerta y pedían su retiro a menos que el conde y los padres les dieran más dinero para seguir buscando, la familia de la chica no les importó gastar aún más y aceptaron la propuesta, por el lado de la serpiente tampoco apareció desde ese día que hizo al plebeyo humillarse a si mismo ante el conde, Ciel estaba más que furioso con él, todo fue una trampa para utilizarlos a su antojo y no cumplió con su parte, aunque no le sorprendía mucho, era un demonio en el que no se podía confiar.

La esposa de un demonio | Ciel Phantomhive y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora