Pasado parte 10: manía extraña

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Pov ------

Después de haber recibido esa gran noticia que nos alegró el alma a mí y a Ciel nuestros padres fueron muy generosos, después de comer nos permitieron jugar toda la tarde y nos fuimos ya de noche (por supuesto a una hora muy temprano) a nuestro hogar, los padres de Ciel nos llevaron en un carruaje de regreso al pueblo. Al estar ya frente a nuestra casa, nos despedimos.. Ciel y yo lo hicimos dándonos un abrazo,

------: (sonriendo) adiós Ciel, nos vemos después.. que tengas un bonito descansito.

Ciel: (sonriendo) adiós ------, hasta prontito, y tú ten sueños bonitos.. te quiero.

------: (sonriendo) también te quiero.

Nos terminamos de despedir de los padres de Ciel y entramos a nuestra casa.

No cuento lo que sucedió en el resto de la noche porque no tiene importancia y quizás lo siguiente que voy a contar no sea algo realmente fuera de este mundo pero debo decir que aunque fuí en ese entonces muy pequeña el suceso siempre me dejó una gran duda, hasta que me convertí en una niña a punto de entrar a la pubertad.. y fue en ese entonces que supe la verdadera respuesta.

Todo comenzó al día siguiente mientras mis padres y yo desayunabamos, ese día me quedaría con mi madre ya que era su día libre y el de mi padre todavía no llegaba.

N/m: sabes... estuve pensando y..

N/p: ¿que pensaste?

N/m: ¿recuerdas a la señora Griselda Evans y su nieto ese pequeño Jackson?

Al escuchar el nombre de la persona que nos molestó a mí y a Dominick el día que inesperadamente nos conocimos dejé la cuchara con la que estaba comiendo sobre la mesa y me puse muy nerviosa.

N/p: oh sí, los recuerdo perfectamente ¿y a que viene el asunto?

N/m: iniciamos de forma muy mala conociendo a esas personas.. así que considero que lo mejor es ir a su casa y hablar con ellos para tener una buena relación.. además ------ y ese pequeño deben aprender que el odio y rencor no es nada bueno para sus vidas, no tienen que ser mejores amigos a fuerza, solo digo que simplemente tengan una relación de conocidos buena.

------: (molesta) ¡no mami! ¡ese niño fue muy malito conmigo y con Dominick! ¡no quiero perdonarlo!

Al ver mi actitud acto seguido mi madre puso una de sus manos sobre mi brazo izquierdo.

N/m: entendemos eso cariño, y si estuvo muy mal lo que les hizo ese niño pero el odio y rencor es un veneno, no para el cuerpo pero si para el alma; hace que esta no sea feliz y causa muchos daños para las personas que los tienen y no queremos que esos sentimientos malos te lastimen a ti y por supuesto la señora Griselda tampoco querrá que a su nieto le suceda, asi que iremos a visitarlos.

No quería volver a enojarme con mis padres y ahora menos que me habían permitido ser amiga de Ciel otra vez, así que no tuve más remedio que aceptar lo que tenían planeado, nos despedimos de mi padre y ya solas nos dirigimos a la casa de los Evans, mi madre traía entre sus manos una canasta mediana con una servilleta de tela color roja, había hecho uno de los postres que me gustaban; pastel de manzana, pensaba darles la mitad a los Evans y la otra mitad iba a ser de nosotros, después tenía pensado hacer otro postre para la próxima vez que nos viéramos con Ciel y sus padres para compartirlo.

El viaje aunque fue en caminata se me hizo el más corto que había hecho en los últimos días, ya estábamos frente a la puerta de la casa de los Evans, moví mis manos muy nerviosa y miré hacía el suelo, nos molestó a mí y a Dominick y la última vez que nos vimos nos lanzó un rostro que reflejaba odio en su ser hacia nosotros, tenía miedo de que me fuera a hacer otra cosa mala mientras mi madre estuviera distraída con la señora Griselda.

La esposa de un demonio | Ciel Phantomhive y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora