La esposa de un demonio | Ciel Phantomhive y tú

Viaje fuera

¡No... tiene que haber otra manera...!

No hay otra manera, no pudieron escapar de su destino.. debes decidir que hacer.

¡No puedo hacer eso!

La joven abrió sus ojos tranquilamente, lo normal en las personas cuando tenían sueños extraños o raros era que al despertar estuvieran sobresaltadas, pero ella las noches que escuchaba esas voces retumbar en su cabeza no mostraba ningún tipo de sorpresa, para ella eso era completamente normal.

Estiró su mano tomó un pequeño reloj que estaba en una mesita de noche y vio la hora, eran las 8:00 a.m, hora en la que Ciel acostumbraba levantarse.

Se levantó de la cama y buscó algo que ponerse en su armario hasta que fue interrumpida, alguien tocó la puerta.

------: ¿quien es?

Mey-Rin: soy yo lady Phantomhive, solo quería preguntarle si va a desayunar en su habitación o en el comedor.

------: voy a desayunar abajo Mey-Rin, en unos minutos bajó.

Mey-Rin: entendido señorita.

------ escuchó como la pelirroja se alejaba y continuó con su labor.

Ya minutos después estaba desayunando abajo con sus padres, Ciel no estaba con ellos, ------ supuso que Ciel estaba ocupado y que estaba desayunando en su despacho, a ellos no les molestaba en lo absoluto.

N/p: dime princesa ¿te divertiste en la fiesta ayer?

------: sí, fue algo inesperado pero me la pase muy bien.

N/m: nos alegra escuchar eso mi amor, lo más importante para nosotros es tu felicidad.

------: ¿por qué casi no los vi en la fiesta?

N/p: estábamos charlando con algunas personas, ya sabes cosas de adultos.

N/m: y también salimos un rato a dar una caminata afuera... pero descuida la fiesta era por el aniversario con Ciel, lo correcto es que le hicieras compañía a tu esposo, con nosotros tienes mucho tiempo para estar cuando la mansión está solitaria.

------: bueno eso es cierto.

Mientras tanto en el despacho de Ciel.

Ciel terminaba de desayunar hasta que Sebastián le entregó una carta.

Sebastián: la manda la reina.

Ciel: oh, debe ser una nueva misión.

Ciel tomó la carta y la leyó.

Ciel: parece que hay un pueblo lejos de aquí en donde están ocurriendo cosas terribles e inexplicables y debemos ir hoy mismo a investigar... Sebastián ve, prepara el carruaje y dile a Mey-Rin que preparé una maleta para mí y otra para ------, yo iré a decirle a mi esposa que tenemos que salir.

Sebastián: de acuerdo.

------ llevaba los platos sucios de ella y de sus padres a el lugar donde se lavaban, sintió una presencia y al voltear su mirada vio que era su esposo.

------: oh... no esperaba verte por aquí, ¿que se te ofrece Ciel?

Ciel: tenemos que hacer un viaje largo hoy por una nueva misión que me dio la reina, irás conmigo.

------: bueno iré a empacar mis cosas.

Ciel: no hace falta, lo está haciendo Mey-Rin, solo venía a decírtelo.

------: oh.. bueno solo espero que no sea tan peligroso.

Después de media hora Sebastián subió las maletas al carruaje y se encontraban ya en la entrada de la mansión despidiéndose de los padres de ------ y de los sirvientes.