ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀ

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Me puse el uniforme, tratando de no rozar la mano izquierda, en la cual tenía el corte, en la palma de la misma. Agarré mi mochila y bajé las escaleras, Jeno y Taeyong esperaban en el sillón. Salimos de casa en camino al instituto. Al llegar Jeno se alejó para reunirse con sus amigos, y Yuta su unió a nosotros.

-¿Por qué estabas sosteniendo el cuchillo?- Preguntó Tae con voz suave.

- No quería cortarme... solo estaba pensando...

- ¿Cuchillo?- preguntó Yuta confuso. 

Taeyong alzó mi mano dejando que Yuta observara la venda.

- Fue un accidente.

Entramos a clases. Mi mente no se concentraba en lo que sea que decían los profesores, solo veía sus labios moverse y sus manos señalar la pizarra. Sabía que esto me traería problemas luego, pero no podría hacer nada por ello ahora.

- Daram, sal y resuelve el problema.

Miré de golpe al profesor, despegando mi vista de mi cuaderno que estaba ahora adornado con dibujos.

- ¿A qué espera?- preguntó el profesor serio.

Me levanté cruzando mi mirada con la de Yuta durante un segundo. Caminé hacia el frente de la clase mientras leía el problema que debía hacer.

Puse todos mis esfuerzos en resolverlo, hasta que un recuerdo apareció en mi mente y sin darme cuenta apreté demasiado la tiza, rompiéndola y quedándome en blanco.

-¿Daram?- preguntó el profesor, extrañado de que me hubiera quedado en blanco, siendo yo una muy buena alumna en mates.

Mi mano alzada tembló un poco, debido a los recuerdos que comenzaban a pasar por mi cabeza.

-¿Daram?- insistió el profesor.

Me esforcé al máximo para poder concentrarme en el ejercicio, completé lo que me faltaba y dejé la tiza en su sitio, volviendo a mi mesa.

- Vale... perfecto, sigamos con la clase- dijo el profesor una vez comprobó rápido la solución.

La clase terminó, dando inicio al recreo.

- Nana- llamó Yuta, que ya estaba de pie- ¿Estás bien?

Asentí, terminando de guardar todo y me levanté.

- Vamos al baño, nos vemos donde esta mañana- dijo rápido Taeyong.

Parecían apurados así que asentí.

Tratando de no soltar una risita al verlos salir prácticamente corriendo.

-¿Na Daram?- llamó alguien. 

Miré hacia la puerta, dejando ver a Joshua.

Hacia mucho que no le veía.

- ¿Podemos hablar?

Los chicos no habran ni llegado todavía al baño, tengo tiempo.

- Si.

Joshua se sentó en una mesa al lado de la mía.

- Oí lo de Jaemin.

Sentí un escalofrío al escuchar la voz de él decir su nombre.

- Prefiero que no digas su nombre- solté seca.

- Sigues enfadada...

-¿Enfadada? ¿¡Enfadada!?- exclamé incrédula- ¿Vas a decir algo importante?

- Olvidemos ese día, ahora que, ya sabes... tienes tiempo... Podríamos volver a conocernos y ver si surge algo.

-¿Tiempo? ¿Con tiempo, hubieras sido menos idiota, Joshua?