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Una semana desde aquel día. Jaemin solo iba a peor, pero todavía me obligaban a llevarle al instituto ¡Incluso mis padres!

La psicóloga y yo estamos muy enfadadas con eso.

-Ten cuidado Nana- le dije despidiéndome de él.

-No quiero ir, hoy de verdad que no.

Bajé la vista nerviosa. ¡Debería dejarle volver a casa y quedarme allí con el!

- Lo sé, Nana, pero no me dejan, sabes lo que dicen papa, mama y el médico.

- Pero ellos no me entienden, tu sí...

Intenté no soltar ninguna lágrima.

- Te prometo que irá todo bien- le abracé con fuerza besando su cabeza- cualquier cosa tienes que buscarme o llamarme, si él dice algo llámame para poder hablar con él.

Jaemin, a quien le gusta que yo hablé de aquel niño de su cabeza como si fuera real, asintió mas tranquilo y cedió.

-Y ahí va el loco- susurró, no tan bajo,  Nayeon.

-Cállate- le dijo Taeyong caminando hacia mi, mirando a Nayeon- cierra la boca.

-Gracias- le dije una vez nos alejamos.

-Hoy Yuta viene mas tarde, ¿Qué tal con Nana?

-Mal, hoy me pidió que no le obligara a ir a clases, de verdad que no quiero que vaya, al final cedió.

- Creo que deberías hacer lo que dice la psicóloga, deja que ella busqué otro médico que si razone, y que de un justificante para el y para tí, Yuta y yo podemos llevarte lo que demos en clase.

- Mis padres no lo permitirían.

Caminamos hasta las clases. Hoy además era un día con mas clases de lo normal.

- Venga, tranquila- Taeyong me dio un abrazó para calmarme.

Pasaron las clases, y llegó el recreo. Salimos del aula y llegamos hasta un banco.

- En serio me preocupa verte así.

- Taeyong, sabes... ¿Sabes por qué me alejé?

- No, claro que no, ¿Por qué?

- No lo sé- respondí simplemente- no lo entiendo, ¿Si me hubiera apoyado en ustedes qué habría pasado? ¿Sería feliz?

- El pasado ya pasó, nadie sabe que hubiera pasado, nos da igual, estamos felices con saber que estás otra vez con nosotros.

-¡Hora de entrar a clases!

Obedecimos al profesor, antes de entrar en el edificio me di la vuelta mirando el patio.

Pude ver de lejos lo que parecía Jaemin llorando, pero el profesor me empujó obligándome a entrar a clases y no dejándome ver que estaba pasando.

- Vale, entonces, si la aceleración de ese móvil es de 70km/s2, ¿A qué-

-¡NA DARAM!- gritó alguien.

Todos volteamos a la puerta y ahí estaba una niña del curso de Jaemin, que parecía asustada.

-¡El- no acabó la frase porque me levanté corriendo y le empuje para pasar.

-¡Daram!- escuché que gritó detrás mio Taeyong.

Corrí hasta llegar al piso y clase de Jaemin.

Entre y estaban todos los alumnos a los lados de la clase, la enfermera acercándose al centro temblando y Jaemin en el centro mirando al suelo.

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora