*✿❀𝟙𝟠❀✿*

40 4 3
                                    

Taeyong miró fijamente como esa sonrisa se formaba en los labios que acababa de besar. Sus labios también formaron una, y la mano que mantenía en mi rostro acarició mi mejilla.

- ¿Esto significa que ya serás la de siempre?

Miré al suelo sin saber que contestar. Me encantaría, pero sé que en cuanto pase un rato volveré a estar como antes. Sería genial poder decirle que si.

- No lo sé- levanté la vista dirigiéndola a él, mis ojos empezaban a arder- lo siento pero no lo sé.

No quería llorar, pero no puedo evitarlo tampoco. Las lágrimas empezaban a salir. Casi se me escapa un sollozo pero Taeyong volvió a juntar nuestros labios. Se separó al segundo pero volvió a dejar otro.

- Tendré que besarte cada vez que llores para que sonrías.

Me estaba matando. Realmente está provocando muchas cosas en mi, que sea así de cercano, cariñoso... me está empezando a ilusionar.

- Tae ¿Esto qué significa?- me miró- Esto, lo que acabamos de hacer.

- Que te quiero, eso significa.

Las lágrimas se mezclaron con algunas de felicidad.

- Daram, no se que sientes tú, pero me gustas mucho- hizo una pausa- muchísimo.

No habían palabras que pudiera articular. Quiero a Taeyong, quiero intentarlo. Pero me siento culpable.

- Y yo a ti Tae, pero me siento culpable, no quiero sentirme así pero lo hago.

Sus pulgares secaron mis lágrimas.

- Pero podemos intentarlo, por favor, quiero intentarlo.

Tenemos que intentarlo. Quiero superar ya este dolor, quiero amar a Taeyong sin sentirme culpable. Necesito despedir ya a Johnny, ya no le quiero como lo hice, no puedo atarme a su recuerdo para siempre.

- Hagámoslo- volví a sonreír- quiero intentarlo.

Otro vez Taeyong posó sus labios en los míos. Y cada vez que lo hace provoca tantas cosas en mi, no quiero que deje nunca de hacerlo. Nos sentamos en la cama sin separarnos, simplemente disfrutando del tacto del otro. Una de sus manos acarició mi espalda hasta llegar a mi cadera, ejerciendo en ella fuerza para acércame más a él. Llevé una mano a su cuello y la otra se quedó en su pecho, ya que no me dio tiempo a subirla antes de que él me acercara más a él.

Todo fluía solo, aquel beso era dulce y tranquilo. Una vez el aire empezó a faltar, se separó un poco y acarició con su pulgar los labios que acababa de besar.

- Te quiero mucho. 

- Y yo a ti.

Nos levantamos y nos sentamos en el escritorio a terminar nuestras tareas y estudiar. De vez en cuando podía sentir la mirada de él sobre mi, pero con el paso del tiempo los dos nos fuimos concentrando en nuestros libros. Estamos a mitad de nuestro penúltimo año de instituto. Lo cual me asusta un poco, y es que no sé que quiero hacer una vez llegue el momento de elegir carrera.

Cerré mi libreta de matemáticas, siendo esta la última tarea que tenía que hacer. Eran ya casi las siete de la tarde, recogí todo y lo guardé en mi mochila. Cuando volví a mirar al frente y recosté mi cabeza en mis brazos que a su vez estaban en la mesa, pude sentir como una de sus manos llegaban hasta mi pelo y lo acariciaban con suavidad. Cerré mis ojos, disfrutando del tacto.

Taeyong probablemente había acabado también su tarea. Al abrir mis ojos después de haber puesto mi rostro mirando hacia el, me encontré con que él estaba en la misma posición, recostado observándome. En este momento, siento que he recuperado muchas cosas en una sola tarde, no solo he vuelto a sentirme querida, sino que he podido sonreír sin ser por Nana o por Jeno y Jaemin. Siento que podría gritar que estoy feliz, una felicidad que soy consciente de que es temporal.

Aunque eso no me impide saber que por fin podré empezar a amar sin sentirme mal.

- ¿Qué te apetece cenar?- preguntó casi susurrándome estábamos lo suficientemente cerca para que ese volumen fuera útil.

- Quiero que cocines algo, cualquier cosa, solo necesito que lo hagas tú- y es que la comida de Taeyong es de la mejor que he probado, y el decirlo en voz alta me ha desconsolado más si era posible. Dejó de acariciar mi pelo y se levantó sonriente.

- Pero tienes que ayudarme.

Su mano sujetó la mía y tiró de mí un poco, me levanté y salimos de la mano del cuarto , en el pasillo pudimos ver que Jeno estaba sentado en su mesa, probablemente haciendo tarea. Bajamos las escaleras y llegamos hasta la cocina. Me apoyé en la pared viendo como Taeyong empezaba a sacar cosas de los armarios. Pude deducir que tenía pensado hacer arroz frito. Me acerqué a él y empecé a lavar algunas verduras para después cortarlas con cuidado.

Él preparó el arroz y empezó a sofreír cebolla y ajo para que el aceite cogiera sabor. Luego puse yo misma algunas verduras y finalmente el metió lo que faltaba.

Esperamos un rato a que se hiciera y una vez estaba listo el fue a llamar a Jeno. La mesa la habíamos puesto ya y solo faltaba servir la comida. Fui a llevarlo a la mesa cuando sentí un gran dolor en mi mano, como una punzada. La herida del otro día había tocado sin yo darme cuenta la sartén en la que estaba la comida. Fui corriendo a poner mi mano bajo el grifo, observé cómo poco a poco se iba el color rojo que había tomado mi piel debido a la quemadura. Aunque la zona quedó con un subtono rosado, traté de olvidar el dolor y llevé el arroz a la mesa.

- Huele muy bien- Jeno había entrado a la cocina y fue directamente a sentarse a la mesa.

Nos sentamos los tres a comer, estábamos en un silencio para nada incómodo. Era más bien ese silencio que hay en una mesa cuando todos tienen hambre y están disfrutando tanto la comida que se olvidan de hablar.

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora