*✿❀𝟙𝟝❀✿*

45 3 9
                                    

Desperté sintiendo los brazos de Taeyong rodearme. Abrí los ojos encontrándome con los suyos cerrados, y una expresión de tranquilidad en su rostro.

Esta noche no me he despertado llorando, temblando o asustada.

Esta noche no.

Dormí sin interrupciones. Por primera vez desde la muerte de Nana.

Me levanté intentando no despertar a Taeyong, ya que según mi móvil, era muy temprano todavía.

Bajé a la cocina a por un vaso de agua. La casa estaba en silencio total, en el sillón estaba la chaqueta de Jeno, que muy probablemente haya dejado al llegar de ver a Haechan. También estaba, sin embargo, mi mochila, tirada en el suelo.

La recogí y dejé en el sillón, luego subí al cuarto de Taeyong.

Ayer me había acostado con el uniforme y así sigo, al igual que Tae. No tengo más uniforme, solo una falda de repuesto en mi mochila, y este necesita una lavadora. Cogí del armario de Taeyong una sudadera y unos pantalones de chándal para poder poner a lavar el uniforme y rezar porque esté a tiempo.

Volví a la cocina con mi móvil y me hice algo de desayuno. No tenía apetito, solo preparé un café y varias galletas que sabía que tenían en un cajón.

A nana le gustaba mucho el café, cosa que compartiamos.

Puse algún vídeo en el móvil para mantener mi mente ocupada y así poder disfrutar el desayuno tranquila.

Entonces, mientras bebía un trago de café, llegó un mensaje.

"Hoy vamos a hablar"

Joshua, otra vez Joshua.

Decidí no contestar, apagué el móvil por si acaso y terminé de desayunar.

Para este entonces, según el reloj de la cocina, eran las seis y cuarto de la mañana.

Recogí la cocina y subí con mi mochila a la habitación de Tae. Al llegar puse sobre la mesa un libro que teníamos que leer, obviamente, para literatura. Abrí las páginas sumergiéndome en la historia de romance. Mis ojos pasaban por las palabras, transformándolas en imágenes mentales, que daban vida a aquella pareja perfecta.

Estaba tan concentrada, que casi no me di cuenta cuando Tae había despertado, ni cuando había caminado hacia mi.

Me di cuenta de su presencia, una vez rodeó sus brazos en mis hombros y apoyó su barbilla en mi cabeza.

- ¿Dormiste bien, Nana?

- Si- respondí marcando el libro y girando mi cabeza hacia él, haciendo que su barbilla ya no este apoyada en mi.

- ¿Desayunaste?

- También, pero hay un problema...- el frunció su ceño al escuchar eso- ayer no puse a lavar el uniforme porque nos quedamos dormidos, y tuve que ponerlo hace un rato a lavar, no creo que esté a tiempo.

-¿Solo tienes ese?- preguntó.

- Tengo una falda de repuesto.

-Te puedo dejar alguno mio- dijo rascando su nuca.

Me sonrojé sin ningún motivo al escuchar eso.

- Tengo camisas de sobra del uniforme, corbatas y también una chaqueta más... Y una cosa...

Esperé a que siguiera la frase pero se quedó callado.

-¿Y?

- ¿Tienes mas ropa... interior... verdad?

Juraría que mi rostro estaba a punto de explotar. ¡Claro que tenía! Siempre llevo ropa interior de repuesto por si, en esos dias, pasa algo, al igual que en la falda, ya entendéis.

- ¡Claro!- dije nerviosa.

-Menos mal, voy a cambiarme- su rostro también estaba rojo.

Sus mejillas habían adoptado un tono rojizo que también ocupaba su nariz. Sus ojos estaban bastante abiertos, y tenían una mirada nerviosa. Taeyong además jugaba con sus dedos y pude escuchar su característica risa de incomodidad.

Asentí y deje que cogiera ropa de su armario y se cambiara como había dicho.

Me senté esperando a que saliera para que me diera el uniforme y poder vestirme.

Salió un rato después y me dejó una camisa que ya le quedaba un poco pequeña, una corbata y yo cogí la falda. Me cambié en el baño.

Su camisa... olía a el, puede sonar bastante raro, pero tenía ese olor, relajante y cálido que tanto le gusta.

Y que me gusta también a mi.

Su corbata también era un poco mas larga que la mía.

Me hice una coleta y salí del baño.

- ¿Me das una chaqueta?- le pregunté al verle sentado en la cama.

Se levantó y sacó de su armario una chaqueta del uniforme. Me la dio y yo me la puse.

Luego el salió de la habitación, a desayunar probablemente. Recogí mis cosas y bajé al salón con ellas. Jeno ya estaba despierto y se encontraba desayunando con Taeyong al lado.

- Buenos días.



Llegamos al instituto y Jeno se despidió de los dos.

Ver a los dos hermanos abrazarse y despedirse me... me dolió, ya no podría ser yo quien se despidiera de mi hermano, ya no podré darle un beso y decirle "buen día, Nana".

-¿Estás bien?- miré a Taeyong al escucharle preguntar eso.

No me di cuenta, pero habían algunas lágrimas que ya caían por mis mejillas.

-Yo... solo recordé a Nana, simplemente eso.

Sus brazos me rodearon, yo había intentado contenerme pero al sentir esa calidez, ese gesto de reconfort.

No pude aguantar, y volví a llorar. Lo odio, odio tanto llorar todo el día, todas las noches, es horrible.

No lo soporto.

Jaemin era mi todo, no era solo mi hermano. Era mi mejor amigo, era... Era mi Jaemin. Todo, su sonrisa, su risa, su voz, su carita... sus ojos cuando estaba feliz, sus manos cuando jugaban nerviosas, su pelo suave, el mas suave que nunca he tocado.

No quiero creer que se ha ido, no quiero vivir esta realidad, en la que no tengo a Jaemin conmigo.

Si tan solo pudiera despedirme, una vez, un último abrazo, una última mirada... Todavía no entiendo como dejé que pasara, no me explico como se me ocurrió darle la espalda dejándole vía libre.

Si le hubiera tenido controlado todo el rato, ¿Estaríamos ahora mismo en un avión rumbo estados unidos para que lo traten? ¿Estaríamos abrazados mientras esperamos a que lleguen Haechan y Jaemin?

Yo solo quiero verle, vivo.

- Tranquila, Nana- ese apodo, ese apodo duele, me está quemando.

"Nana"... duele.


ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora