ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀ

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Terminamos las clases y salí del aula, por fin había terminado la semana. No fue necesario esperar demasiado a Jaemin, ya que salió en seguida.

Caminamos hasta casa y posteriormente Nana se encerró en su cuarto para hacer tareas. Me senté en mi mesa de estudio, tratando de concentrarme en mi libreta de historia, hasta que recordé que había quedado con los chicos.

Usualmente Jaemin y yo almorzamos más tarde los viernes, pero como necesito estudiar hoy, y luego quedar con los chicos, bajé a hacer la comida ya.

Jaemin usualmente me ayuda, pero prefiero quitarle ese trabajo hoy, así que abro la nevera y después de pensar en que cocinar, me decido por tteokbokki.

Almorzamos juntos y conversando un poco del día. Una vez acabamos es Jaemin quien recoge la cocina y yo voy a terminar de estudiar.

Pasan las horas, y yo sigo sin memorizar el tema que me entrará el lunes en una prueba, así que desisto y al ver la hora noto que son las 5, necesito empezar a prepararme.

Observo el armario analizando un poco la ropa, sin tener muy claro que usar, hasta que veo los pantalones que supuestamente, son mis favoritos, y el supuestamente es por que hace un año que no los uso, así que me decido por ponérmelos junto una camisa blanca básica y una chaqueta negra, luego unos tenis blancos y recojo mi pelo castaño en una coleta alta.

-Nana- dije entrando a la habitación del menor- saldré con Taeyong y Yuta, ¿Te importa quedarte solo?

Si mis padres estuvieran, me quedaría muy tranquila, al menos tendría alguien que le cuidara, pero no están, así que mi nerviosismo es mayor.

-Termino de estudiar, ceno algo y me voy a dormir, sobre las 9.

Asentí y le abracé como despedida.

Algo hay que admitir, puede estar peor y todo eso, pero su responsabilidad es innegable.

Cuando salgo por la puerta me encuentro con Taeyong parado.

-Hola- saludó sonriente.

-Hola- respondí.

-¿Y Yuta?- pregunté extrañada por la ausencia del japonés.

-El se encontrará con nosotros allí, tenia que hacer algo.

Asentí indicando que lo entendía y empezamos a caminar hasta la parada de guagua, y una vez allí coger la ruta que nos llevaría al cine.

-¿Llevas bien el tema de historia?- preguntó Lee, claramente tratando de sacar un tema de conversación.

-Odio esa asignatura, pero supongo que tendré que aprendérmelo igual- respondí mirando al frente, sintiéndome repentinamente incómoda.

-Daram, se que todavía te cuesta estar cómoda con nosotros, pero tienes que recordar que somos Yuta y yo, no te haríamos nada, no te vamos a juzgar ni exigir que superes todo.

Asentí en respuesta, sin sentirme capaz de mirar a sus ojos.

Fue el quien sujetó mi rostro para hacerme juntar su mirada conmigo.

-Te lo prometo- afirmó sin dejar de mirarme.

Inevitablemente me vi obligada a mirarle a los ojos, sintiendo un gran nerviosismo por ello, me soltó y siguió hablando de cosas del instituto, mientras el hacía frases y preguntas, yo respondía con un no, un si, o una palabra. Y puedo notar como su tono es cada vez más tristón.

Haciéndome sentir culpable.

Llegamos y nos encontramos con Yuta.

Para no explayarme demasiado, vimos una película de acción, género favorito de los tres, sin mas, ni la mejor de mi vida ni la peor, los chicos intentaban constantemente hacerme formular una frase, pero no soy capaz.